Momento de la sesión celebrada ayer en el Consell en el Día de las Personas con Discapacidad. | Katerina Pu

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En conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el salón de plenos del Consell se convirtió ayer en un espacio de sensibilización y reivindicación de los derechos de este colectivo mediante la celebración de una sesión plenaria conformada por unos consellers y conselleres distintos para la ocasión: las propias personas con discapacidad en representación de los diferentes servicios de la Fundación para Personas con Discapacidad de Menorca.

Entre ellos estaban Sebastià Olives como conseller de Bienestar Social, Raúl Sánchez, de Trabajo y Formación; Romu Fernández, de Cultura; Marina Seguí, de Territorio y Medio Ambiente; y Nil Riudavets, quien lideraba la conselleria de Deporte y Salud a la vez que presidía la corporación insular de forma excepcional.

El gran pacto social

Los testimonios de los consellers, historias de verdadera superación que emocionaron al público, sirvieron para poner en valor el trabajo de entidades como la propia Fundación.

Formada por 214 trabajadores, de los cuales una tercera parte tienen una discapacidad, esta atiende a 1600 usuarios a través de diferentes servicios. Ya sea mediante formación e inserción laboral, accesibilidad, atención a personas sordas, rehabilitación y fisioterapia, servicio de atención primaria, infancia y juventud, fundación tutelar, unidad de respiro familiar, programas de acompañamiento de salud mental, servicios ILSA (Servicio de Inserción Laboral Socio Asistencial), Taller Jove o servicio de transporte adaptado.

A raíz de la recreación del pleno acabó surgiendo un nuevo gran pacto social, aprobado por unanimidad por todos los consellers y conformado por cinco puntos. En primer lugar, la voluntad de promover una sociedad inclusiva, aprovechando el talento y potencial de todas las personas, independientemente de su raza, discapacidad o cualquier característica, para aceptar y valorar la diversidad en todas sus manifestaciones.

A continuación, luchar por un entorno educativo, deportivo, y cultural inclusivo, que se adapte a todo el mundo y que cuente con los soportes y recursos necesarios.

El tercer punto se refiere a la eliminación de las barreras que impiden el acceso al empleo, promoviendo entornos laborales inclusiones y adaptando los puestos de trabajo a las necesidades de cada persona. En cuarto lugar, mejorar la accesibilidad cognitiva y eliminar las barreras de comunicación propiciando herramientas y apoyos que faciliten la comprensión y participación de todas las personas. Por último, proporcionar a las personas con discapacidad servicios de atención específicos por su discapacidad, de detección precoz, de prevención y de atención sociosanitaria.

Tras el anuncio de dichos acuerdos, el paratriatleta Nil Riudavets recalcó la importancia de continuar trabajando para «mejorar la calidad de vida de las personas con diversidad funcional, garantizando sus derechos, en los que hay que fomentar la capacidad y la autonomía, y también ofrecer las mismas oportunidades que al resto de personas». A ojos de Riudavets, áreas como el trabajo, la cultura, el medio ambiente, la atención o el deporte «pueden transformar nuestra sociedad e integrar a todas las personas». «Tenemos que crear los contextos necesarios para que estas personas puedan desarrollarse. Cuando las personas hablan con voz propia, como ha ocurrido en esta ocasión, el mensaje llega con más fuerza», sentenciaba.

Los consellers

Nil Riudavets: «El deporte crea vínculos y rompe prejuicios»

«Cuando las personas con  o sin discapacidad compartimos la misma pista, se crean conexiones y se rompen prejuicios, construyendo de esta manera una comunidad más inclusiva. La inclusión a través del deporte cambia las percepciones negativas y fomenta la igualdad de oportunidades».

Sebastià Olives: «La atención a las personas es el gran objetivo»

«Tuve un ictus y me tuvieron que atender en Palma durante tres meses. A través de la Seguridad Social, me derivaron a la Fundación, donde me tratan genial. Son personas sobresalientes, de diez. Con la Ley de Dependencia tenemos una gran herramienta para invertir en la mejora de la vida de las personas».

Raúl Sánchez: «Hay muchos obstáculos en el mundo laboral»

«Actualmente trabajo en Decathlon. Este año no tan solo ha sido de superación a nivel laboral, sino también a nivel académico. En junio me gradué en el título de ESO, muy básico y mínimo, pero que considero que nos abre más puertas y nos da acceso a estos trabajos que nos hacen sentir contentos y felices».

Romu Fernández: «Me gustaría tener las mismas oportunidades»

«Tengo 46 años y trabajo en el centro de La Florida de la Fundación. Me gusta mucho la música y tocar la corneta. Me hace muy feliz. Me gustaría hacerlo en la procesión de Semana Santa y tener la misma oportunidad que los demás, pero de momento no puedo. La música y la cultura deben ser para todos».

Marina Seguí: «Le di un nuevo sentido a mi discapacidad»

«Estoy diagnosticada de espondioloartritis psoriásica de origen genético. El mundo que conocía se hundió. Me sentía perdida y tuve que dejar el trabajo. Con el tiempo comprendí que la única manera de avanzar era aceptar que la realidad no se puede cambiar, pero sí la manera de afrontar lo que nos pasa».