Alumnos realizando los exámenes correspondientes a la última prueba de selectividad. | Gemma Andreu

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Los resultados del último informe PISA reflejan que España ha obtenido su peor resultado desde que la prueba empezase a publicarse en el año 2000. La pandemia, la cual obligó a retrasar la realización de estas pruebas a la primavera de 2022 (tocaba realizarlas en 2021, ya que se celebran cada tres años) es el principal factor que explica esta caída. No solo en nuestro país, sino también en el resto de la Eurozona y del mundo.

España se sitúa entre la media de la Unión Europea (justo por debajo) y la de la OCDE (ligeramente por encima). Así pues, supera por muy poco a países como Hungría, Noruega, Italia y la vecina Portugal, colocándose por tanto en la vigesimoquinta posición del ranking PISA.

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Respecto a los resultados por comunidades autónomas, Balears se sitúa justo por debajo del País Vasco y de la media nacional, de la Unión Europea y de la OCDE. Por tanto, obtiene 471 puntos en matemáticas, dos menos que la media española; 472 en lectura, dos menos que la media nacional; y 480 en ciencias, cinco menos que la media estatal. De esta forma, se suman a la cola por debajo de Balears, Extremadura, Murcia, Catalunya, Castilla La-Mancha, Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla, en este orden.

Causas diversas

Menorca no es ajena a esta realidad. Pese a que no existan resultados como tal referidos a los estudiantes de la Isla, lo cierto es que comparten varios rasgos con el resto de regiones. Según el director del IES Josep Maria Quadrado, Miquel Àngel Casasnovas, cuyo centro participó en las pruebas PISA, todo se explica desde una «confluencia de factores». Además, cree que el hecho de haber tenido que adaptarse a la virtualidad, primero, durante el confinamiento y a la semipresencialidad, justo después, ha influido de forma decisiva en el resultado de las pruebas.
Materias troncales como las matemáticas se han visto afectadas, ya que requieren «presencialidad». «Existe un déficit, ya que en su momento se tuvieron que adaptar los currículums y rebajar los contenidos. Al alumno le aparecían las dudas y no tenía al profesor delante», explica.

A juicio de la directora del IES Biel Martí, Joana Fullana, desde las administraciones locales se tiene que trabajar en «planes de prevención» para asegurarse de que existe una conciliación familar ideal para los niños y niñas: «Muchas criaturas se pasan la mayor parte del tiempo solos, delante de pantallas todo el día, aparcando actividades extraescolares...», expresa.
«La pandemia ha sido un desencadenante. Esto iba a explotar de un momento a otro y los profesores están desbordados», sentencia la directora.

Las claves
  1. Pérdida del hábito de lectura fuera de las aulas

    «El hábito lector se ha perdido por completo. La sobreexposición en las pantallas tiene mucho que ver. Los jóvenes, en general, leen muy poco en casa, lo que repercute directamente en la comprensión lectora», opina Casasnovas.

  2. La conciliación familiar en muchos hogares no es la idónea

    «Muchos menores están solos debido a la desestructuración familiar, lo cual se ha ido normalizando cada vez más. Se quedan sin referentes y, por tanto, no existe acompañamiento emocional. Así no puede haber éxito académico», señala Joana Fullana.

  3. La ratio de alumnos por aula continúa siendo desproporcionada

    Las ratios suelen estar entre los 30 alumnos por aula en ESO y 35 alumnos en bachillerato. «La Conselleria ha prometido ir rebajándola, pero todo influye», indica Casasnovas. Así, la atención personalizada se ve seriamente perjudicada.