Restos de un botellón en Maó. | Gemma Andreu

TW
5

El Ayuntamiento de Maó tiene abiertos 42 expedientes relacionados con denuncias de contaminación acústica, ruidos y vibraciones, correspondientes a este 2023. A falta de quince días para que acabe el año, la cifra indica un descenso en el número de denuncias y multas relacionadas con el ruido, ya que en 2022 fueron un total de 63, aunque ese último año se había registrado un fuerte incremento del 75 por ciento en este tipo de sanciones, ya que en 2021 fueron 36 los expedientes abiertos.

En el término de Maó la Policía Local no actúa de oficio realizando controles, salvo en casos evidentes de incumplimiento de la ordenanza; en general, los agentes intervienen cuando reciben las quejas de los ciudadanos. De momento seguirá siendo así. Elena Costa, tenienta de alcaldía de Régimen Interior y Seguridad Ciudadana, confirma que «el Ayuntamiento de Maó no tiene previsto de momento poner ningún control de ruidos».

El ocio nocturno, concentrado en el puerto pero con mucha menos oferta de disco-pubs que Ciutadella, no genera tantos problemas como en el municipio de poniente. Aún así, en Maó se vivieron episodios problemáticos durante la pandemia, con la proliferación, como en otras zonas de campo de la Isla, de fiestas y saraos privados en casas alquiladas, ya que en aquel momento el ocio en locales estaba cerrado o muy limitado para evitar los contagios.