El balance turístico confirma un volumen de actividad récord. | Josep Bagur Gomila

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La economía menorquina sigue presentando signos de desaceleración. Entre julio y septiembre la Isla experimentó un crecimiento real (descontando el efecto de la inflación) del 2,4 por ciento, una tasa que supone reducir en ocho décimas el ritmo de avance del trimestre anterior (cuando creció un 3,2 por ciento). Un año atrás, es decir, en el tercer trimestre de 2022 y con la salida de la pandemia, el crecimiento fue del 11 por ciento.

El informe Evolución Económica correspondiente al período comprendido entre julio y septiembre, elaborado por la CAEB, señala que Menorca es el territorio insular que experimenta el crecimiento más reducido en este período, lo que confirma el menor dinamismo que se viene observando desde hace un año en comparación con el resto de islas. Arroja, por cuarto trimestre consecutivo, el balance más tibio del conjunto regional.

Pese a ello, la CAEB destaca que este enfriamiento no ha impedido que Menorca se haya erigido en el primer territorio de Balears capaz de cerrar por completo el diferencial negativo con respecto a los niveles de actividad prepandemia. Ha sido gracias al empuje del turismo en verano. Se trata «de un hito que no han logrado todavía ni la economía mallorquina ni la pitiusa», asegura la presidenta de la entidad, Carmen Planas, a lo que agrega que «nuestra capacidad y fortaleza turística hace que, por fin, este 2023, cerremos la brecha que dejó la pandemia». Balears aún está cuatro décimas por debajo del nivel de riqueza que generaba antes de la covid-19.

Por sectores, la construcción y los servicios son los que presentan la mayor desaceleración de su crecimiento, mientras que la industria ha dejado la recesión y se sitúa en terreno positivo.

Este informe apunta que el balance turístico correspondiente a los meses centrales de la temporada alta confirma el volumen de actividad récord del sector menorquín. No en vano, tanto la afluencia de visitantes como el gasto total efectuado por los turistas han anotado sendos máximos históricos entre los meses de julio y septiembre, después de repuntar con mayor intensidad que en el conjunto del Archipiélago en lo relativo a la entrada de turistas y mantener una tendencia claramente al alza en lo que respecta al dispendio realizado por los visitantes.