El obispo Gerard ofició el domingo la Missa de la Nit de Nadal.

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El obispo de Menorca, Gerard Villalonga, explica la particularidad de la Navidad de este año: se cumplen 800 años del primer Belén o pesebre viviente en Greccio (Italia) gracias a la iniciativa de San Francisco de Asís.

«La comunidad cristiana se ha reunido con alegría en torno a la gruta de Belén, porque no hay distancia entre el hecho que celebramos y la participación en este misterio, 21 siglos después», manifestó en la homilía de la Missa de la Nit de Nadal, oficiada este domingo en la Catedral.

Tras el «Cant de la Sibil.la» se celebró la Eucaristía, que presidió el obispo Gerard con los cantos litúrgicos interpretados por la Capella Davídica y Tomé Olives al órgano. Al acabar la misa, los asistentes se acercaron al presbiterio para besar la imagen del Niño Jesús.

Con motivo de la efemérides de los ocho siglos de la primera representación del Nacimiento de Jesús, el papa Francisco ha escrito la carta apostólica «Admirabile Signum» sobre el significado y el valor del Belén cristiano, y nos invita a imitar a San Francisco que «realizó una gran obra de evangelización con la simplicidad de aquel signo».

Constituye una «manera genuina de representar con sencillez la belleza de nuestra fe», al alcance de todos. El pastor de la Diócesis de Menorca subrayó que el Papa nos invita a recuperar esta costumbre «no solo en nuestras iglesias y domicilios particulares, en el ámbito comunitario y familiar, sino también en los espacios públicos para ayudar a descubrir a todos el significado profundo de las fiestas que celebramos».

Transmisión de la fe

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El obispo Gerard señaló que el papa Francisco nos quiere recordar que el Belén forma parte de la transmisión de la fe «al educarnos a contemplar a Jesús, a sentir el amor de Dios para nosotros, a sentir y creer que Dios es con nosotros y nosotros con él; todos hijos y todos hermanos gracias a este aniño, el Hijo de Dios y de la Virgen María. Y a experimentar que en ello radica la felicidad».

«Dios no nos ha abandonado, no nos ha dejado solos, y por ello, como proclama el Evangelio de San Lucas, vamos a Belén para ver qué ha sucedido y que el Señor nos ha hecho saber. Este misterio nos evangeliza primero a nosotros mimos, nos traslada a nuestras raíces y se convierte en Evangelio, en la buena noticia para los demás; en anuncio de victoria del bien sobre el mal, del amor sobre el egoísmo», añadió.

El prelado de Menorca concluyó: «como comunidad cristiana menorquina nos inclinamos con fe y nos postramos ante el portal del Belén, en la Eucaristía y en la contemplación de las representaciones plásticas del misterio. En Belén empieza la revolución del amor y el anuncio de la Pascua».

«Cant de la Sibil.la»

El Cant de la Sibil·la fue interpretado por Maria Camps. | Katerina Pu

La Missa de la Nit de Nadal en la Catedral de Ciutadella empezó con el ‘Cant de la Sibil.la’, que interpretó la soprano Maria Camps acompañada al órgano por Tomé Olives y la Capella Davídica, dirigida por Katia Moll. Consistió en la versión menorquina cuyo origen hallamos en un manuscrito de ‘Els Pastorets’ del siglo XVIII.

Coro de la Capella Davídica. | Katerina Pu

Este canto de origen medieval fue prohibido por el Concilio de Trento (1545-1563) al rechazar su contenido apocalíptico, pero se continuó interpretando el ‘dissabte de Nadal’ en las iglesias de Mallorca. También en Menorca porque la Iglesia menorquina formaba parte de la diócesis mallorquina hasta la restauración de la sede episcopal de Ciutadella con el obispo Antonio Vila Camps en 1798. Dejó de cantarse hasta que, hace 16 años, se recuperó en la iglesia de Santa María de Maó.