CEIP Maria Lluïsa Serra. La escuela de Maó se inauguró en septiembre de 2012, año en el que también se activó el CEIP Sa Garriga de Sant Lluís. Desde entonces, solo reformas y ampliaciones. | Laura Pons Bedoya

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Con una previsión bastante optimista, el nuevo colegio de Educación Infantil y Primaria de Es Mercadal se inauguraría en el curso 2015/2016. El proceso de licitación acaba de empezar y se estiman quince meses de obras. De ser así, sería la primera infraestructura educativa de nueva construcción que se inaugura en la Isla después de trece años. En el curso 2012/2013 se estrenaron las escuelas CEIP Maria Lluïsa Serra de Maó y CEIP Sa Garriga de Sant Lluís. Tampoco supondrá, no obstante, un aumento del parque de edificios para la enseñanza activos, puesto que el nuevo colegio viene a sustituir el actual, que desde hace ya décadas sufre severos problemas derivados de la falta de espacio.

El Plan de Infraestructuras Educativas del Govern para el periodo 2016-2023 contemplaba cinco nuevos espacios educativos para la Isla. El CEIP de Es Mercadal es el único de enseñanza obligatoria. Ninguno de los cinco se ha construido. La nueva escuela de adultos de Maó está en pleno proceso de obras, mientras que tanto el Conservatorio Profesional de Música y Danza de Maó como los centros integrados de FP de Ciutadella y Es Mercadal se encuentran en distintos puntos de tramitación, con un par de cursos de espera todavía por delante como mínimo.

CEIP Sa Garriga de Sant Lluís, también inaugurado en el curso 2012/13

La realidad es que, en esta docena larga de años sin nuevas infraestructuras, las demandas de nuevos espacios entre la comunidad educativa se han reducido bastante. No han aparecido reclamaciones de nuevo cuño. Solo consta la todavía activa petición de disponer de un colegio/instituto en Sant Lluís por parte de algunas familias que se han movilizado al respecto, reclamación que se basa más en cuestiones de operatividad y modelo educativo que de saturación de centros, como ocurría antes. Todo esto se sustenta en el hecho que la cantidad de estudiantes matriculados en la enseñanza obligatoria de la Isla no para de descender desde hace ya bastantes años.

Menos alumnos

En el año de la inauguración de las escuelas CEIP Maria Lluïsa Serra y CEIP Sa Garriga había, por ejemplo, unos 5.600 alumnos matriculados en la Isla en Educación Primaria, después de un crecimiento de alrededor de un millar durante los diez cursos anteriores. Ahora apenas superan los 5.000, una cifra equiparable al curso 2005/2006. Tanto es así que cuando se puso la primera piedra del colegio de la Vía Ronda de Maó se hablaba de una futura escuela en la zona de Dalt Sant Joan de la que prácticamente ya nadie se acuerda.

En estos trece años sin nuevos inmuebles repletos de pupitres la Conselleria de Educación ha centrado su esfuerzo inversor en reformas y ampliaciones, con especial protagonismo de los institutos, como es el caso, por citar algunos ejemplos, del IES Joan Ramis i Ramis, el IES Cap de Llevant o el IES Josep Miquel Guàrdia, solo por mencionar los que aparecen en el Plan de Infraestructuras Educativas 2016-2023. Al ‘Ramis’ se destinaron más de dos millones de euros como inversión ejecutada más destacada.

Los terrenos donde se construirá el colegio de Es Mercadal

Antes del doblete del curso 2012/2013 sí hubo una década con algunas inauguraciones de nuevos centros. En el año 2009 se estrenó el CEIP Mestre Durán de Alaior y en 2003 el CEIP Margalida Florit de Ciutadella. También cuentan con una docena o poco más de años escuelas infantiles como las de Sant Climent, con la peculiaridad en este caso que ofrece los dos ciclos de esta etapa, o Capdecreus, ambas en Maó.

Menorca no es un caso aislado en la escasez de inauguraciones. Según se recoge en la última edición del Anuari de l’Educació de la UIB (artículo de Rut Garí Ruiz Marga Vives Barceló), desde el curso 2012/2013 se han inaugurado en las Islas cuatro nuevos centros educativos públicos.

Mientras tanto, el tiempo pasa. Una buena parte de los edificios educativos de Menorca superan ya el medio siglo de vida, con los correspondientes achaques que obligan a realizar intervenciones de mayor o menor calado, más o menos de urgencia.