La diputada balear de VOX en temas de educación, Manuela Cañadas. | R.L.

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Vox espera pactar este mes con el conseller la forma en la que se va a implementar la segregación lingüística a partir del último cuatrimestre del año. La diputada Manuela Cañadas confía que se implante «con libertad y sin coacción alguna de los comisarios políticos», en alusión al sindicato STEi, «que se ha posicionado en contra sin molestarse siquiera a reunirse con nosotros».

La partida de 20 millones incluida, vía enmienda, en los presupuestos para facilitar la libre elección de lengua a las familias «es difícil de justificar por los comisarios políticos que llevan años quejándose de las elevadas ratios de alumnos por aula, cuando ahora, gracias a la contratación de más profesores que ese dinero va a propiciar, precisamente se conseguirá bajarlas». Se podrán «desdoblar» (en castellano y catalán) los alumnos de las lenguas troncales (Matemáticas y Medio Natural en Primaria y Geografía e Historia, Matemáticas, Física y Química y Biología en Secundaria) y así habrá menos estudiantes por aula.

Pero, para «poner fin a la dictadura lingüística que, sin preguntarnos, nos ha impedido que se enseñe a nuestros hijos en español», Cañadas pide que «se deje de utilizar la educación en Balears como un arma ideológica. Se ha implantado una educación sectaria y totalitaria, se nos ha impuesto una lengua de otra autonomía y se han introducido en los centros lacitos amarillos y cualquier bandera que no sea la española. Y a eso se le llama adoctrinamiento».

Arma ideológica

Cañadas culpa de ello al «ejército de adoctrinados» que imparten la docencia en las Islas, «profesores en su mayoría formados en Cataluña», por lo que, dice, «cabe estar muy vigilantes para que no haya un STEi adoctrinando». Pero tampoco «ni un Pujol ni un Abascal. Las ideologías deben estar fuera de las aulas. Todas. También la mía. A los niños hay que dejarlos que estudien, jueguen y sean felices. La política ya entrará en sus vidas, si así lo deciden, cuando sean mayores».

De ahí, entiende la diputada, la necesidad de vigilar que no se «adoctrine» a los menores. «18.000 profesores son demasiados para pensar que todos son buenísimos, pero tampoco en el Parlament todos los diputados somos maravillosos», remarca. Y pone el ejemplo de la guía «que acabamos de retirar de los centros, en la que se pretendía enseñar a masturbarse a los niños de cinco a diez años. Soy madre y abuela, y eso nunca lo permitiría».

Vox espera que la libre elección de lengua «se pueda implementar sin que las familias tengan miedo a represalias ni nadie se sienta amenazado». Por eso defiende la necesidad de que las consultas a los padres se hagan «de forma anónima» y que los profesores «se atrevan» a dar esta libertad para que el modelo «tenga aceptación» y no provoque movilizaciones. Pero Vox, dice Cañadas, «no tiene ningún miedo a que esto ocurra. No sé el PP, pero no tememos que haya colectivos que salgan a la calle, pues siempre estaremos dispuestos a hablar. No queremos manipular a la infancia»..

Consulta anónima

En este sentido, la diputada cree necesario aclarar que «no vamos en contra del catalán. Esa es otra mentira de Més y el STEi. Aunque, por desgracia, tras muchos años se haya sustituido la lengua balear por la catalana y el mallorquín esté desapareciendo, me parece fantástico que una familia decida que su hijo estudie en catalán. Pero esto no da derecho a coartar mi libertad de querer hacerlo en español. Que debamos defender esta libertad en España es una anormalidad, lo nunca visto». Y que Vox lo proponga «no es nada gratuito, sino que llegamos a esto por las denuncias de padres y profesores, por el mobbing continuado que ha existido».