Una antropóloga trabajando este viernes en la zanja de las obras junto a los restos óseos. | Gemma Andreu

TW
8

El hallazgo de restos humanos obligó el jueves a detener las obras de reforma de la calle Anuncivay de Maó, donde un equipo de arqueología y antropología trabajaba el viernes en la excavación bajo la mirada curiosa de las personas que pasaban por esta céntrica zona de la ciudad. Su objetivo es extraer los huesos, documentarlos y trasladarlos al Museu de Menorca para que se garantice su protección y conservación. El Ayuntamiento espera que estas tareas se completen en los próximos días y que las obras puedan reanudarse el martes que viene.

La aparición de estos restos óseos no ha sido una sorpresa para el arqueólogo que realiza el seguimiento de la obra, Borja Corral, junto a la antropóloga Elena Sintes. La explicación es que en el entorno de Ca n’Oliver, cerca de la actual calle Infanta, existió un antiguo cementerio que fue destruido cuando comenzó a urbanizarse esta parte de la ciudad, que los mahoneses más mayores todavía conocen como es fossar, arropado en las proximidades por la iglesia del Carme. Esa primera transformación se dio en el siglo XVIII en época del gobernador Antonio Pinedo de Anuncivay, del que la popular calle toma su nombre.

Los restos óseos serán trasladados al Museu de Menorca. | Gemma Andreu

Ya en el siglo XX, en 1997, otra gran obra de infraestructura en el centro histórico, la canalización para uno de los colectores unitarios subterráneos de Maó, puso al descubierto restos de huesos humanos en la zona, explica Borja Corral. En estos casos, se paran las obras siguiendo las instrucciones del Departamento de Patrimonio del Consell insular; además, las empresas contratistas están obligadas por contrato a contar con expertos que realizan el seguimiento arqueológico de los trabajos.

Cementerio católico y anglicano

El cementerio que existió en Anuncivay había sido católico y también anglicano; de hecho el Ayuntamiento lo menciona en una reseña histórica publicada en su página web cuando relata los orígenes de la actual residencia geriátrica del Cós de Gràcia, al señalar que los terrenos elegidos para ese nuevo hospital municipal debían contar «con un oratorio propio además de un cementerio, ya que los ingleses se habían apropiado también del antiguo fossar, situado en la actual calle de Anuncivay».

Sobre los restos aparecidos solo hay de momento hipótesis, tras un primer análisis y a la espera de una investigación más exhaustiva, parece que se trata de los huesos de dos individuos que vivieron y murieron en el siglo XVIII.

Hay quien apunta que pudieran ser restos de soldados ingleses. El historiador Joan Pons Alzina recuerda que durante el primer dominio británico los soldados de la guarnición de Maó eran enterrados fuera de la muralla, en terrenos donde luego se abrió la calle Anuncivay, una práctica que también se llevaba a cabo en Ciutadella, en la calle Santa Rosalía, y en Alaior. El investigador cree que «no estaría mal que los ayuntamientos pusieran placas para recordarlo».

El apunte

Un paréntesis en el proyecto de reforma integral de la céntrica calle

La reforma integral de la calle Anuncivay comenzó el pasado día 8 con un plazo de ejecución de cuatro meses y medio. El paréntesis para extraer los restos no se espera que distorsione en exceso este plan de trabajo. El proyecto consiste en la reforma del pavimento, la mejora de la red de agua potable y de la iluminación, así como incorporar el drenaje por separado de las aguas pluviales. Fue adjudicado a la empresa Juan Mora y cuesta más de 646.000 euros. El subsuelo de Maó no deja de arrojar fragmentos de su historia. Hace justo 10 años, con las obras del Cós de Gràcia, se encontraron restos del esqueleto de una mujer adulta de la época romana, del siglo IV o V.