Todavía con su nombre original y sin haber incorporado aún la imagen de Sa Nostra, así lucía la barca, con la Illa del Rei de fondo, después de quedar totalmente renovada tras pasar por el taller.    | Toni Cendán

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La asociación Amics de l’Illa del Rei, que este año cumplirá 20 años, guarda un auténtico tesoro en forma de barca. La embarcación que la fundación continúa usando a día de hoy para trasladar a los visitantes hasta la isla fue utilizada en su día con unos fines muy distintos. Y es que en el año 2000 la embarcación fue incautada por la Agencia Tributaria en Menorca en el marco de una operación antidroga. Matriculada en 1997 como «Pura Sangre» en la localidad granadina de Almuñécar y perteneciente al distrito marítimo de Motril, sus propietarios eran unos contrabandistas de tabaco de la Costa Tropical de Granada.

Oportunidad única

La asociación Amics de l’Illa del Rei precisaba una embarcación lo suficientemente grande como para atender sus necesidades más inmediatas, como era el transporte del equipo humano, palés, sacos de cemento u otros materiales de trabajo. Hasta ese momento realizaban dichas labores con barcas más sencillas de los propios colaboradores, como la de Jaime Roca, la cual utilizaban para ir desde Fontanilles hasta la Illa del Rei.

Sin embargo, las características que buscaban en la nueva barca chocaban con la realidad    económica del grupo, incapaz de hacer frente a una operación de ese calibre. No obstante, el voluntario e inspector de pescas del Consell Carlos Lozano, dio aviso al secretario de la fundación, Toni Cendán, y sus compañeros de que se iba a llevar a cabo una subasta en Madrid de vehículos decomisados por las Fuerzas de Seguridad del Estado por tráfico ilícito de drogas y otros delitos relacionados, una oportunidad perfecta para hacerse con la embarcación que necesitaban a un precio irrisorio.Se trata de una práctica prohibida en la actualidad, ya que estos vehículos deben ser destruidos.

La zodiac presentaba un aspecto muy deteriorado.

Cendán y Amics de l’Illa del Rei pusieron sus ojos en una embarcación depositada en Maó, lo que suprimía de golpe los costes de un supuesto traslado desde algún punto costero de la Península como La Coruña, Málaga o Barcelona. Después de que el primer intento de licitación quedase desierto, el precio de la embarcación bajó en la segunda subasta celebrada el 21 de febrero de 2006 y se convirtieron en el mejor postor, llevándosela por tan solo 2.364 euros previa donación de 2.500 euros de la extinta caja de ahorros Sa Nostra (absorbida por Banco Mare Nostrum primero y Bankia después), quien puso como condición que la zodiac, ya bautizada como «Illa del Rei», portase el nombre de la entidad bancaria de forma visible.

Una nueva vida

Así pues, la asociación se adueñó de una barca semirrígida de la marca italiana Sax, una de las más preciadas en el mercado náutico, de 10 metros de largo, 3,3 de manga y 1,2 de puntal de valorada en unos 30.000 euros. Conocedores de estas características, fueron a recogerla a los terrenos de Pedro’s Boat, situados en la zona de Sa Colàrsega del puerto de Maó, donde había pasado los últimos cinco años. «Estaba hecha una porquería», recuerda entre risas Cendán. Madera podrida en la parte central de la barca, flotadores desinflados y completamente parcheados… Tuvieron que llevarla al polígono industrial de Sant Lluís para que la reparasen, donde estuvieron poniéndola a punto durante tres meses hasta que en julio del mismo 2006 realizó su primer viaje a la Illa del Rei.

La barca, siendo transportada por la grúa desde el depósito.

Hace poco más de dos años, se llevó a cabo un nuevo lavado de cara, aunque manteniendo el casco de fibra. De esta forma, se sustituyó el tubo que recubre toda la embarcación, el cual estaba totalmente agrietado y los flotadores se reemplazaron por unos más grandes que costaron un total de 24.000 euros.

El apunte

Trabajando con barcas particulares hasta contar con una propia

Habiendo iniciado su actividad en septiembre de 2004, «justo después de las fiestas de Maó», como recuerda el secretario Toni Cendán, la fundación tenía que recurrir en numerosas ocasiones a las embarcaciones particulares que les prestaban de forma caritativa tanto entidades como otros miembros de la asociación. «Amics del Museu de Menorca nos dejaba una barca, Pedro Pons nos ofrecía su pequeña lancha, a veces el Club Marítimo de Mahón, Germán Torrent ponía a nuestra disposición su llaüt ‘Picua’...», explica Toni Cendán.

No obstante, desde que cuentan con el antiguo «Purasangre», pueden realizar sus visitas cada domingo con una zodiac propia, ya sea para realizar labores de mantenimiento como para acoger visitas del público.