El objetivo es que los jóvenes tengan un entorno adecuado. | Josep Bagur Gomila

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El departamento de Bienestar Social del Consell desveló recientemente que en estos instantes hay 23 menores internados en los centros de protección de la Isla. Por ello, en las últimas semanas se ha lanzado la campaña «Menorca acollidora» para incentivar el acogimiento familiar.

El hecho de «hacer comunidad» y la propuesta de una amiga que trabaja en la Casa de la Infancia animó este verano a una pareja sin hijos y residente en la Isla a acoger a uno de estos menores. «Está siendo intenso. A nivel de pareja es muy enriquecedor y te aporta mucho porque te plantea nuevos retos en tu día a día», explican sobre su experiencia acogiendo en su casa a un chico de catorce años desde septiembre. Ya que se daban las condiciones «tanto económicas como de disponibilidad horaria» para dedicarse al cuidado y la atención de un joven, la pareja acogedora, que habla desde el anonimato para preservar la privacidad del menor, realizó el correspondiente curso de formación en agosto.

Adaptación

Ambos se estaban preparando para acoger a uno de los dos niños de seis años que les habían propuesto en un principio. Sin embargo, ambos niños fueron acogidos entonces por otras familias y la pareja tuvo que pasar por un nuevo proceso de formación para atender el caso excepcional de un adolescente.

Adecuándose a las condiciones que la pareja había ofrecido a Bienestar Social y al ejercer uno de ellos como docente, se podían adaptar perfectamente a las circunstancias en calidad de familia de acogida especialista en un periodo limitado en un principio a dos años.

De esta manera, el proceso de adaptación a tres bandas se completó en apenas cuatro semanas transcurridas entre septiembre y octubre. Y poco a poco se está fraguando una nueva relación. «A partir de los doce años, el menor tiene que dar su consentimiento para integrarse con su nueva familia de acogida. Por eso, el primer encuentro se dio acompañados de la psicóloga y la asistenta social del centro», explica la familia acogedora.

Al principio, se centraron en conocer los intereses del chico y su vida diaria. Después, ya empezaron a verse realizando diferentes actividades: «Un día fuimos de excursión y otro vino a casa a hacer pizzas juntos, hasta que una noche se quedó a dormir». Tan solo hicieron falta una cuantas noches más hasta que el joven se integró por completo a su nuevo hogar.

Un llamamiento a la acogida de menores

El departamento de Bienestar Social del Consell está activando en los últimos días la campaña «Menorca acollidora». Trata de incentivar el acogimiento familiar que ya reciben ocho niños en la Isla. Se quiere evitar que los menores tengan que llegar a la Casa de la Infancia y entren directamente en un hogar que les brinde los cuidados y la atención que necesitan. En estos momentos, hay 24 bajo el amparo de una familia de acogida extensa y otros 23 residiendo en los centros de protección. Cualquier persona puede acoger y el Consell recuerda que tan solo hace falta presentar una solicitud a su Servicio Insular de Familia a través de los canales habilitados.

El apunte

«Quiere estar con su madre, pero sabe que aquí está muy bien»

En un un proceso de adaptación en el que todo es nuevo para la familia de acogida y, en parte, también para el adolescente, lo cierto es que esta pareja actúa y se comporta como unos padres más. «Hemos ido al instituto a hablar con el tutor y la orientadora y también vamos con él a ver sus partidos», explican sobre su caso en particular. Al mismo tiempo, la familia biológica también tiene un seguimiento de su hijo, quien ve a su progenitora cada quince días con total normalidad. Con su nueva familia de acogida, el chico ha encontrado una vía de escape a la tensa situación que estaba viviendo con su familia de acogida extensa (se produce cuando el joven queda al cuidado de un miembro de su familia de origen) y ahora mismo se siente «muy a gusto». «Él nos ha comentado varias veces que quiere estar con su madre, como es lógico y normal. Pero entiende y es consciente de que está bien aquí con nosotros ahora mismo», comenta la pareja, quien asegura que ha recibido la atención de las educadoras y asistentas sociales del Consell siempre que han requerido su ayuda en «algunos momentos determinados».