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La fragata «Navarra», desplegada por la Armada española dentro de la operación Sea Guardian (Guardian del Mar) de la OTAN, tiene previsto atracar en el puerto de Maó el próximo 8 de abril. El buque se ha hecho a la mar desde la base naval de Rota, en Cádiz, para realizar tareas de seguridad en el Mediterráneo y en el mar de Alborán bajo mando operativo del Cuartel General del Mando Marítimo de la Alianza Atlántica en Northwood, Reino Unido. No es ni mucho menos su primera visita a la Isla, lo que confirma que Maó es ya en la práctica la tercera base naval de apoyo logístico de la OTAN en España, uniéndose así a las de Cartagena en Murcia yRota en Cádiz.

La actividad de los buques de la Armada y de la OTAN en misiones por el Mediterráneo cobra ahora más relevancia por el ambiente prebélico que se respira en Europa desde la invasión rusa de Ucrania. El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, advirtió ayer, en declaraciones recogidas por varios medios y agencias, que «la guerra ya no es un concepto del pasado», sino que «es real y empezó hace más de dos años», y en este contexto el diario El País informó de que en abril de 2023 el Gobierno español ofreció Maó a la Alianza Atlántica como «puerto con autorización diplomática permanente».

Fuentes oficiales del Ministerio de Defensa confirmaron ayer que la estación naval de Maó es una de las múltiples capacidades que España oferta a la OTAN, y añadieron que se trata de una base normalmente utilizada por buques españoles y de la OTAN. De hecho la operación Sea Guardian lleva tiempo activa y cubre, según la Armada, una amplia gama de tareas asignadas a las Operaciones de Seguridad Marítima (MSO, por sus siglas en inglés), principalmente orientadas al conocimiento del entorno marítimo (tráfico mercante, líneas de comunicación, áreas de pesca, desarrollo de actividades ilícitas, etc.), en la lucha contra el terrorismo desde el mar, y en el impulso a las capacidades de seguridad marítima de los países de la región.

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Si fuera necesario, puede llegar a ejecutar tareas adicionales como operaciones de interdicción marítima, protección de infraestructuras críticas y lucha contra la proliferación de armas nucleares. Tras la finalización de la operación Active Endeavour, el 9 de noviembre de 2016, se emitió la activación de la operación Sea Guardian.

Estratégico

La noticia de que Maó sea punto de entrada y salida de barcos de la OTAN no ha sido una sorpresa en el entorno portuario, ya que este tráfico militar viene registrándose desde hace unos años. Por su parte el alcalde de la ciudad, Héctor Pons, rebajó la tensión y el revuelo informativo que causó el anuncio en la prensa nacional, recordando que «Maó es un puerto afecto a la defensa nacional, estratégico, que ahora cobra mayor protagonismo porque hay más misiones en el Mediterráneo» pero consideró que la base se utilizará «como ayuda, para el suministro de combustible o en el caso de que uno de los buques tenga una avería, no es una cuestión bélica, nadie nos ha declarado la guerra», señaló.

El Govern balear por su parte manifestó su desconocimiento de este asunto. El Ejecutivo de Marga Prohens no conocía la oferta realizada por el Gobierno central a la OTAN que afecta a Menorca, ni si el anterior gobierno autonómico de Francina Armengol estaba enterado, según información recogida por el «Diario de Mallorca», en el traspaso de poderes no se les dijo nada.

El partido menorquinista Més anunció que pedirá explicaciones tanto al Consell insular como al Govern balear para saber si conocían que Maó se ha convertido en la tercera base naval de la OTAN. «La sociedad menorquina tiene derecho a saber qué uso se están dando a estas instalaciones dentro de nuestro territorio», reivindicó el dirigente de Més per Menorca, Josep Juaneda.