El expediente del Consell ha permitido constatar las irregularidades en la gestión de la Casa de la Infancia entre 2021 y 2022. | Gemma Andreu

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El Consell insular ha ‘apartado’ definitivamente a la educadora social y exdirectora insular de Familia, Inmaculada Granell Cebolla, por la «desobediencia», la reiterada indisciplina, el «notorio incumplimiento de sus funciones esenciales» y las faltas «muy graves» en las que habría incurrido en su breve etapa al frente de la Casa de la Infancia, en Maó.

Granell, quien ya había sido cesada en 2017 como directora insular, fue nombrada directora de la Casa de la Infancia en la primavera de 2021 y solo meses después, el 10 de enero de 2022, fue separada cautelarmente del cargo.

La entonces consellera de Bienestar Social, Bárbara Torrent, le abrió un expediente disciplinario y la apartó de la dirección para proteger a los menores que tenía bajo su tutela. Dos años después, el procedimiento administrativo seguido por el Consell le ha dado la razón.

La resolución dictada a finales de enero declara la «pérdida definitiva del lugar de trabajo» de Granell y desestima íntegramente el recurso de alzada que ésta había planteado. El despacho de abogados que la defendía, Palma Consultores Jurídicos SL, no recurrirá a los tribunales, por lo que la decisión adquirirá plena firmeza este mismo mes.

Funcionaria desde 1998, el Consell le imputa ser autora de hasta tres faltas, dos de ellas «muy graves», por haber desobedecido «al personal jerárquicamente superior y a las autoridades», dando lugar a un concurso ideal de infracciones tipificado en el artículo 77 del Código Penal. Su dejadez y «falta de rendimiento» al frente de la Casa de la Infancia en Maó motivaron un «notorio incumplimiento de sus funciones esenciales» que afectó al servicio y, según las fuentes consultadas, puso en riesgo a los menores

Por una de las faltas se le impone una suspensión de empleo y sueldo por espacio de once meses, a la que acumula otras dos suspensiones firmes de empleo de cinco años y un año y medio.

Desobediencia

Pese a que Inma Granell ha negado en todo momento los hechos, el bufete que la asesora ha optado por no interponer ningún contencioso administrativo, «pues carecería de sentido hacerlo». El caso tardaría entre tres y cuatro años en sustanciarse y, para entonces, ya estaría próxima a su jubilación.

El Consell se escuda en el derecho fundamental de Granell a su privacidad e intimidad para no desvelar los pormenores de sus infracciones.

Diplomada por la Escuela Universitaria del Profesorado de EGB de Valencia, Inma Granell fue nombrada en 2008 coordinadora del Servicio Insular de Familia, en 2016 se la nombró directora insular y en 2021, tras ser la única aspirante presentada al concurso, asumió la dirección del centro de atención a la infancia. Lo hizo en un momento especialmente delicado para el servicio, pues se acababa de denunciar judicialmente la presunta implicación de chicas tuteladas en un caso de prostitución, corrupción de menores y tráfico de drogas que instruía el Juzgado número 1 de Maó y que se acabó archivando en 2023.

El apunte

En 2017 ya fue ‘cesada’ como directora insular tras las quejas de los trabajadores

Antes de dirigir la Casa de la Infancia, el Consell ya forzó en mayo de 2017 la renuncia de Inma Granell como directora insular, cargo al que había accedido apenas un año antes coincidiendo con la baja por maternidad de Bárbara Torrent.

Las quejas por la actitud que, presuntamente, Granell mantenía con los funcionarios de su departamento precipitaron su marcha. Perdió la confianza de la consellera socialista Maria Cabrisas, quien la conminó a dejar el cargo. Cabrisas no quiso ahondar públicamente en los motivos precisos de su decisión y se limitó a afirmar que «las formas son importantes». Luego trascendió que los equipos municipales de intervención familiar también se habían opuesto en bloque al borrador del plan que había ideado.

Para entonces, Granell estaba al frente del Servicio Insular de Familia, el Centro Asesor de la Mujer y la Oficina de Atención al Inmigrante.

Durante la breve etapa en la dirección de la Casa de la Infancia, tuvo a su cargo una plantilla formada por una veintena de profesionales, entre auxiliares y educadores sociales.