Los mejillones, a por más espacio en La Solana

Y es que las pretensiones de la marisquera se remontan a finales del verano de 2018, cuando desde la empresa solicitaron una autorización para ampliar sus instalaciones con otros dos inmuebles, que serían los más cercanos a su vivero. El responsable de la empresa, Paco González, reconocía en su momento que el local se les había quedado «pequeño». «Estamos bastante estrechos y la verdad es que nos hace bastante falta», reconocía.

Sin ampliación del muelle

De las cuatro soluciones propuestas originalmente, al final se ha optado por llevar a cabo la de menor coste y la más respetuosa con el medio ambiente: la primera, cuyas obras ascienden a los 400.000 euros. En ella se deja el muelle conforme se encuentra en la actualidad y se procede a la demolición de las edificaciones que se hallan en lo que serían las parcelas 8 y 9.

Pese a que la mejor alternativa en cuanto a funcionalidad y operatividad era la 4 por la ampliación del muelle y la consecuente posibilidad de aumentar la maquinaria sin extender el espacio en tierra, se ha acabado considerando que el resto de alternativas ofrecen las mismas funciones operativas con suficiencia sin afectar al fondo marino.

De esta manera, la superficie en tierra no se vería aumentada, pero sí el espacio disponible para la ubicación de la maquinaria necesaria, tanto la actual como la nueva que está por adquirir. Así, el espacio actual se puede redistribuir sin problema. Al mismo tiempo, el espacio de trabajo también se verá ampliado al mantenerse la rampa de madera perteneciente a la parcela 8, una estructura flotante que no afecta al fondo marino. Por otro lado, la pasarela que ahora conecta las parcelas 7 y 8 se usará para mantener conectadas las parcelas 5 y 6.

La ejecución de las obras está prevista en un plazo de un año repartida en dos periodos distintos. La primera fase se iniciará aprovechando la temporada baja, la cual se plantea entre el 15 de octubre y el 15 de abril. Después de estos primeros seis meses, la operación se repetiría en el mismo periodo del año siguiente, todavía por determinar. De este modo, la actividad no se vería afectada durante los meses de producción. Según el documento del proyecto, en la primera fase se adaptaría el muelle existente y en la segunda las edificaciones anexas.