El 7 de octubre de 1993 la Unesco declaró Lanzarote y Menorca como Reservas de Biosfera, uniendo sus destinos en el camino de impulsar su bienestar a partir de los preceptos del desarrollo sostenible | Gemma Andreu

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A pesar de la distancia que las separa, Menorca y Lanzarote unieron sus destinos el 7 de octubre de 1993, cuando la Unesco las declaró a ambas como Reservas de la Biosfera. Treinta años después, y aunque los dos territorios han seguido evoluciones similares, la isla canaria ha experimentado un crecimiento turístico y demográfico mucho mayor que Menorca, lo que no se ha traducido en un mayor bienestar de sus habitantes, tal y como se desprende del informe que acaban de presentar el Centro de Datos de Lanzarote y el Observatorio Socioambiental de Menorca (Obsam), y que analiza una serie de indicadores conjuntos.

La comparación entre las dos islas es interesante, puesto que permite valorar los datos de dos territorios insulares similares -Lanzarote tiene 846 km2 y Menorca 695 km2-, que hace treinta años tenían prácticamente la misma población, y analizar su evolución. Las dos islas también tenían en común la disposición originariamente separada de los núcleos tradicionales y los núcleos turísticos, que se ha ido perdiendo con el tiempo. En referencia al estudio, el director del Obsam, David Carreras, asegura que «pone de relieve que el desarrollo más pausado que ha tenido Menorca no se ha traducido en unos efectos económicos peores, ni mucho menos, sino que tenemos unos niveles de paro inferiores a Lanzarote y una renta per cápita superior».

Renta y desigualdad

El estudio pone de manifiesto que durante estas tres últimas décadas las dos islas han apostado por el turismo de sol y playa, pero el sector turístico ha tenido un crecimiento mucho más intenso en Lanzarote, que ha llegado a triplicar la afluencia turística desde que la isla se declaró Reserva de la Biosfera, hasta superar los tres millones de turistas en 2022. De este modo, la hostelería se ha convertido en el principal empleador de la isla, y el turismo ha ejercido de motor de sectores como el inmobiliario o la construcción.

Por su parte, Menorca alcanzó el récord de 1,6 millones de visitantes en 2022, y aunque en 2023 ha seguido rompiendo las marcas de presión turística y el sector terciario también se ha convertido en el predominante, la Isla muestra una mayor «diversificación y consistencia» de su economía, que según el informe le ha permitido mantener una tasa de desempleo más baja que la isla canaria. Concretamente, en 2022 el desempleo en Lanzarote se situó en el 16,9 por ciento, mientras que el de Menorca se quedó en el 10,6 por ciento. Sin embargo, en los dos casos, los indicadores se sitúan lejos de la sostenibilidad laboral.

Por todo ello, y aunque el crecimiento económico de Lanzarote ha sido mayor en términos absolutos, Menorca mantiene una renta media por persona un 21 por ciento superior a la de Lanzarote, un indicador clave para evaluar el nivel de ingresos y el bienestar económico. Además, Lanzarote muestra una tasa más alta de personas con ingresos por debajo del umbral del 60 por ciento de la mediana en comparación con Menorca.

Asimismo, el informe señala que la dependencia de los dos territorios respecto al turismo incrementa su vulnerabilidad ante los factores externos, como la crisis del 2008 o la pandemia de la covid, que tuvieron un impacto en las islas más grave que en otros lugares y se prolongó durante más tiempo, especialmente en Lanzarote.

Crecimiento demográfico

La isla canaria ha duplicado ampliamente los habitantes que tenía en el momento de ser declarada Reserva de Biosfera, pasando de 64.911 habitantes en 1991 a 156.112 en 2022, principalmente por las personas que se han trasladado a la isla para trabajar en el sector turístico, lo que provoca «desafíos en términos de sostenibilidad, infraestructura, consumo de recursos, vivienda y protección ambiental».

Mientras tanto, el aumento de los residentes en Menorca durante este periodo ha sido mucho más moderado, pasando de 64.431 a 96.467 habitantes. En este sentido, Carreras asegura que el ritmo de crecimiento más pausado de Menorca ha permitido reducir los conflictos sociales y las dificultades de acceso a la vivienda, aunque lamenta que «en los últimos años el alquiler turístico está dinamitando la convivencia y la accesibilidad a la vivienda en las dos islas».

En referencia a la evolución del número de viviendas, el informe señala que el parque de casas ha crecido un 157 por ciento en la isla de Lanzarote durante los últimos treinta años, mientras que en Menorca la cifra ha sido del 43 por ciento.

El estudio también señala que la isla de Menorca mantiene un mayor gasto público, especialmente en áreas como servicios sociales, medioambiente y vivienda, mientras que Lanzarote presenta un gasto más elevado en servicios de carácter general e infraestructuras.

Envejecimiento y empresas

En Menorca, en cambio, también se detectan problemáticas más acentuadas que en Lanzarote, como un mayor índice de envejecimiento, lo que a medio y largo plazo puede ser un problema económico, según señala David Carreras. Otro factor preocupante es la evolución del número de empresas, que en Menorca está estancado, lo que es un indicador de la dificultad de poner en marcha nuevos proyectos, mientras que en Lanzarote este indicador ha ido creciendo.

Además, David Carreras señala que desde el Obsam están analizando los datos de presión humana del 2023, y han detectado que quizá Menorca se encuentre en un punto de inflexión y está abandonando la senda de crecimiento pausado que la ha caracterizado. «Podríamos estar ante un cambio importante», asegura.

Menorca restringe más el urbanismo, pero tiene menos espacios protegidos

El estudio también constata que Menorca ha apostado por proteger una mayor superficie desde el punto de vista urbanístico, mientras que Lanzarote, con más suelo urbanizado, ha declarado más espacios naturales protegidos. En este sentido, el director del Obsam señala que Menorca solo cuenta con el Parque Natural de s’Albufera des Grau, que únicamente representa un cinco por ciento del territorio. Por contra, Lanzarote tiene una mayor área de suelo urbano, como corresponde con su mayor población, y a la vez mantiene unas mayores expectativas de crecimiento, a tenor del suelo urbanizable aprobado.

Los residuos se estabilizan, pero no se consiguen reducir

En lo que se refiere a la gestión de los residuos sólidos urbanos, el informe señala que en la última década las dos islas han conseguido estabilizar, pero no disminuir, la generación de residuos. Por ello, se pone énfasis en que la asignatura pendiente sigue siendo avanzar hacia un mayor porcentaje de separación de residuos reciclables, ya que tanto Menorca como Lanzarote están todavía lejos de los objetivos de reciclaje propuestos por la Unión Europea de cara al 2035. También se señala la baja penetración de las energías renovables en ambas islas a lo largo del periodo analizado.

Las claves
  1. Turismo

    Desde que Menorca y Lanzarote fueron declaradas como Reservas de la Biosfera, hace treinta años, ambas islas han apostado por el turismo de sol y playa, pero el sector turístico ha tenido un crecimiento mucho más intenso en la isla canaria.

  2. Renta media

    A pesar del mayor crecimiento en términos absolutos que ha experimentado la isla de Lanzarote, Menorca mantienen una renta media superior en un 21 por ciento, un indicador clave para evaluar el nivel de ingresos y el bienestar económico.

  3. Tasa de paro

    La mayor diversificación de la economía menorquina, ha permitido a Menorca mantener una tasa de paro, a lo largo de los años, inferior a la de Lanzarote. En 2022 el desempleo en la isla canaria se situó en el 16,9 por ciento, mientras que el de Menorca se quedó en el 10,6 por ciento.

  4. Desigualdad

    El informe también indica que a pesar de su mayor crecimiento turístico, Lanzarote muestra mayores tasas de desigualdad que Menorca. La isla canaria, por ejemplo, tiene una tasa más alta de personas con ingresos por debajo del umbral del 60 por ciento de la mediana.

  5. Demografía

    Lanzarote ha duplicado ampliamente los habitantes que tenía en el momento de ser declarada Reserva de la Biosfera, pasando de 64.911 habitantes en 1991 a 156.112 en 2022, principalmente por las personas que se han trasladado a la isla para trabajar en el sector turístico, lo que supone un desafío en términos de sostenibilidad. Por su parte, Menorca pasó de 64.431 a 96.467 habitantes entre 1991 y 2022.

  6. Vulnerabilidad

    El informe señala que la dependencia de Lanzarote y Menorca respecto al sector turístico incrementa la vulnerabilidad de los dos territorios frente a los factores externos, como la crisis económica del 2008 o la pandemia mundial de la covid, que tuvieron un impacto en las islas más grave que en otros lugares, y que además se prolongó durante más tiempo, especialmente en el caso de Lanzarote.