El estado de la actual torre de control ha generado las quejas de los trabajadores de AENA. | Archivo

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A punto de cumplirse cinco años desde que se anunciara la implantación de una torre de control remota o virtual en el Aeropuerto de Menorca, el proyecto de AENA continúa generando controversia y muchas dudas.

El pleno del Parlament balear aprobó este martes una proposición no de ley del Partido Popular, con el voto favorable de todos los grupos, a través de la cual se solicita que el Gobierno central «paralice» esta iniciativa a tenor de «la complejidad, la dificultad y el recelo que genera», y además, le insta a la construcción de una nueva torre de control física, puesto que la actual está deteriorada.

El debate en el Parlament balear se produjo poco después de que AENA haya aprobado, concretamente el pasado 14 de marzo, un nuevo aplazamiento o suspensión temporal en la adjudicación de las tareas de implantación de la torre de control virtual a la empresa Gesnaer Consulting. En principio, este contrato debía empezar a ser vigente en octubre de 2020, con un importe de 1,5 millones de euros.

Poco después sufrió una modificación y luego ha ido encadenando hasta tres suspensiones temporales hasta la fecha. Así lo informa AENA al senador Cristóbal Marqués, en respuesta a una preguntada formulada por este, y así se recoge en el perfil del contratante.

En este contexto, el diputado popular Jordi López Ravanals defendió este martes en el Parlament una proposición no de ley que fundamentó en la incertidumbre que la torre de control virtual genera entre los técnicos y profesionales de la torre de control actual, «por ahora no avanza el proyecto de torre virtual por no obtener los resultados que garanticen la seguridad necesaria, pero tampoco hay voluntad para construir una convencional». López Ravanals explicó que la torre virtual solo contaría con una cámara y que esta, por ejemplo, no tiene sistema de autolavado, por lo que una simple lluvia de tierra como la que se ve estos días en la Isla alteraría el tráfico aéreo sin alternativa posible y cuando se producen puntas de tráfico en verano, «Menorca no es el lugar para hacer experimentos ni pruebas piloto».

López Ravanals destacó que «la visión actual de la torre abarca 360 grados. Sin embargo, con la torre remota, esta visión se reduciría a 120 grados, generando una imagen poco nítida y una visualización intermitente del movimiento de las aeronaves, lo cual afectaría de forma grave a la consciencia situacional (calidad de visión) de los controladores».

La única enmienda planteada al texto original vino del PSOE y fue rechazada. Su diputado Damià Borràs defendió la seguridad del proyecto de AENA y propuso compaginar ambos sistemas, el físico y el virtual, con una transición entre ambos. Criticó que López Ravanals generara temores infundados.

El apunte

López Ravanals describe un reciente test negativo con técnicos escandinavos

El diputado del PP Jordi López Ravanals relató que en noviembre del año pasado, hace un escaso medio año, se desplazaron a la Isla técnicos aeroportuarios de una torre de control de un país escandinavo para realizar unas pruebas a tenor de las dudas que suscita el proyecto de Menorca. «Cuando comprueban todos los estándares, dijeron que no podía ser operativa, que no podía cumplir con los requisitos de operatividad, y lo digo así para no generar miedos», comentó, lo que ha generado, según su relato, una nueva paralización del proyecto

Por su parte, Josep Castells, de Més per Menorca, cuestionó la actitud del Gobierno central al ignorar la opinión de los menorquines a la hora de impulsar este tipo de iniciativas, «los grandes políticos estatales tienen esta dinámica, tenemos la torre de control más antigua de España y AENA dedica el dinero a otros experimentos, pasando olímpicamente de las poblaciones locales».