Algunos de los artículos publicados por 'Menorca - Es Diari' por los ruidos del mismo barco.

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La hemeroteca desmiente al director de Relaciones Institucionales de Grimaldi-Trasmed, Miguel Pardo, cuando afirmó, en declaraciones recogidas por este diario el pasado día 8, que el ferri «Ciudad de Granada» lleva 23 años viniendo al puerto de Maó «sin ningún problema».

El «Ciudad de Granada» es un viejo conocido de la rada mahonesa y de los vecinos que ya denunciaron los ruidos cuando el buque se llamaba «Sorolla» y, junto con su gemelo «Fortuny», atracaba en los muelles dejando los motores en marcha, para asegurar la ventilación de sus enormes bodegas en las que viajan coches y camiones. Exactamente lo mismo que ha denunciado recientemente la Federación de Asociaciones de Vecinos de Menorca.

En 2019 el «Sorolla» cambió de nombre y pasó a llamarse «Ciudad de Granada». Cuando el grupo naviero Italiano Grimaldi compró a Armas Trasmediterránea buques, terminales, almacenes y derechos de explotación en las rutas que la naviera española tenía con Balears, también se hizo con este ferri. Los vecinos de Maó se quejaron al Ayuntamiento y a la naviera por el ruido de los buques «Fortuny» y «Sorolla» –este último ahora «Ciudad de Granada»–, hace algo más de 20 años, por lo que la historia no es ni mucho menos nueva.

Problema de ruido detectado

En ese momento, después de las mediciones efectuadas por el Ayuntamiento y de la apertura de un expediente sancionador a la empresa por exceso de ruido, Trasmediterránea envió los superferris a dique seco de manera temporal y admitió que los buques salieron originalmente de los astilleros «con un problema de ruido en los extractores del garaje».

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Los vecinos de la calle Isabel II de Maó, que habían amenazado con presentar una querella, así como el equipo de gobierno municipal, descartaron en 2005 la vía judicial y centraron sus esperanzas en el traslado del atraque de los buques comerciales a la nueva estación en la zona del Cós Nou; pensaron que la lejanía amortiguaría las molestias.

El buque «Ciudad de Granada» zarpa del puerto de Maó, en verano, para cubrir la ruta con Barcelona.   | David Arquimbau / Efe

Las mediciones realizadas en 2003 confirmaron que los motores generaban contaminación acústica, ya que alcanzaban 72 decibelios frente a los 45 permitidos, pero cabe recordar que entonces los barcos permanecían atracados en la antigua estación marítima, justo debajo de la ciudad. Trasmediterránea abordó mejoras en los barcos que redujeron el volumen del sonido provocado por las máquinas de ventilación, pero fue algo leve e insuficiente para los vecinos.

Conflicto competencial

En la actualidad, la naviera Grimaldi-Trasmed sostiene que la ordenanza municipal de ruidos no es aplicable en las instalaciones portuarias; exige, por tanto, que dichas mediciones las realice Autoridad Portuaria y que se le comunique el resultado de forma oficial. También alega que el buque es un activo «que vale mucho dinero» y no es fácilmente reemplazable.

El «Sorolla», rebautizado como «Ciudad de Granada», fue construido en los astilleros vigueses Hijos de J. Barrera, y fue entregado a la compañía Trasmediterránea en 2001, por lo que, tal y como ha reconocido Trasmed-Grimaldi, se encuentra al final de su vida útil.