Cabras pastan en un jardín, en la imagen tomada por una vecina. | C.M.

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Un rebaño de cabras vuelve a campar a sus anchas en los alrededores de Ses Savines, una de las urbanizaciones próximas a Cala Tirant, en Es Mercadal, «arrasando todo lo que encuentran a su paso, ramilletes, siembra de huertos… están hambrientas», se queja una vecina de la zona. «No tienen depredadores y cada vez hay más, proliferan como si nada. ¿De quién son? ¿Qué tenemos que hacer?», se pregunta. Lo cierto es que el problema de las cabras asilvestradas es recurrente en este y otros puntos de la Isla, hay un largo historial de molestias denunciadas por residentes que se han resuelto, la mejor de las veces capturando a los animales y dándolos en adopción a payeses interesados, como sucedió en 2016 en la urbanización de S’Algar, en Sant Lluís, después de que incluso se pusiera en marcha una petición en Change.org para salvar a estos mamíferos ungulados; en otros casos las soluciones han sido más drásticas y sangrientas, dándoles caza a tiros, como en Mongofra en 2022, y muchos años antes, en 2006, con la matanza de otro grupo de cabras, en Es Mercadal.

El Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Illes Balears (Cofib) puede hacer batidas a petición de un ayuntamiento o de particulares, siempre que estas sean autorizadas por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, cuando los destrozos que ocasionan los animales así lo justifiquen.

En su página web pone a disposición de los posibles interesados, vecinos o agricultores, modelos de solicitud y declaración responsable para el control de cabras, por daños en la vegetación o los cultivos. En dichas solicitudes se tiene que especificar el exceso de animales, informando de los destrozos que causan y un cálculo aproximado del número de cabezas de ganado existentes.

El Ayuntamiento de Es Mercadal no tiene constancia de ningún escrito formal de los vecinos próximos a Tirant por la existencia de este nuevo rebaño de cabras amenazando jardines, aunque sabe que es habitual que haya algún ejemplar por esa zona.

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Tres ejemplares sacian su apetito en los alrededores de la urbanización de Es Mercadal. | Gemma Andreu

«No ha habido registro de entrada de ninguna queja», ha asegurado la concejala de Policía y Protección Civil, Jessica Hidalgo. La edil ha manifestado que «se hará un seguimiento» de este rebaño pero, al mismo tiempo, ha expresado sus dudas sobre cómo actuar a la luz de la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales; en este sentido, la Ley 7/2023, de 28 de marzo, señala en sus disposiciones generales que los animales silvestres «quedan excluidos» de su ámbito de aplicación «salvo que se encuentren en cautividad», aunque por otro lado la cabra se considera un animal doméstico asilvestrado.

Las matanzas de cabras asilvestradas realizadas en Menorca han recibido críticas por parte de sectores de la sociedad más concienciados con el bienestar animal, incluso el Consell, en el anterior mandato, cuestionó la eliminación a tiros de una veintena de cabras en 2022 en Mongofra, a petición de propietarios de fincas, considerando que no es un buen modelo de gestión.

El apunte

Esta especie no está considerada invasora o cinegética

Las cabras, Capra hircus, no tienen la consideración de plaga ni de especie invasora, se trata de un animal doméstico asilvestrado y en Menorca, a diferencia de Mallorca donde su presencia está más descontrolada, no son una especie cinegética sino que para cazarlas se requiere la autorización pertinente de Agricultura. En caso de concederse dicho permiso, hay que presentar una relación de las capturas de cabras efectuadas durante el último plazo autorizado por daños a la agricultura y a la vegetación. En ese documento hay que aportar todos los datos sobre el control poblacional realizado: la superficie, la modalidad, el número de días de captura y el de animales, especificando si son cabras, chivos o cabritos. El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) realiza inspecciones cuando se detectan actividades de caza y comprueba dichas autorizaciones. Es habitual que los cadáveres se dejen para que puedan alimentarse aves rapaces y carroñeras.