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El primer volumen de los 7 de la colección incluye las novelas publicadas entre 1948 y 1954, entre ellas "La sombra del ciprés es alargada"

J.C.


Si hay un narrador entre nosotros que merezca la calificación de clásico es, sin duda, Miguel Delibes (Valladolid, 1920) . Hace unos diez años que no escribe prácticamente nada, pero ya entonces contaba con una obra tan entera y compacta como pocas veces se ha visto entre nosotros, pues se halla a la altura de los mejores novelistas españoles de este siglo. Una grave enfermedad, a la que trata de hacer frente como puede, le tiene apartado de la actividad creativa, situación que le ha producido más depresión que bienestar, y a lo que a duras penas se resigna.

Pero si a finales de la década de los noventa tuvo que cerrar sus cuadernos, porque ya no se sentía con fuerzas para emprender iniciativas literarias de mayor cuantía, en aquellas fechas ya llevaba más de cincuenta años en el tajo (sesenta años de escritura cumple ahora), lo que para una persona perspicaz e industriosa, como es su caso, dan mucho de sí. La prueba está en esas decenas de novelas, recopilaciones de cuentos y ensayos que sistemática y enfervorizadamente ha ido componiendo y que constituyen una de las aportaciones mejores y más interesantes con que nos podemos encontrar en la literatura española. Su labor de años al frente del diario "El Norte de Castilla", de Valladolid no le impidió ejercer esta entrega y maestría creadora, sino que parece que la espoleaba todavía más.

primero de siete volúmenes

Lo que celebramos en esta ocasión no es una obra nueva ni la reedición de alguna antigua, cosa que se produce con regular frecuencia, sino lo que constituye un timbre glorioso para cualquier autor vivo, la edición de sus Obras Completas, que en este caso han sido preparadas por las editoriales Círculo de Lectores y Destino. Ahora ha salido el primer volumen, de los siete de que se compondrá el conjunto, en edición que se halla a cargo de Ramón García Domínguez. Comprende las novelas publicadas entre 1948 y 1954, o sea, "La sombra del ciprés es alargada" (1948), "El camino" (1950), "Mi idolatrado hijo Sisí" (1953) y también una versión reconstruida de "Aún es de día" (1949), que la censura franquista desfiguró por entonces. Algunas introducciones y notas del autor contextualizan la aparición de estas obras y ofrecen datos de sumo interés para seguir su trayectoria y disfrutar de uno de los clásicos vivos de las letras españolas, que se caracteriza además por poseer una de las mejores y limpias prosas en castellano de nuestra época.