Contra viento y marea... La cultura, afortunadamente, sigue flotando

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Raquel Marqués Díez
Kaces ste find?": Leer un libro. "¿lbr?, kntm x @ q tpsa...". Diálogo entre dos adolescentes, y no precisamente de besugos, sino que más bien debería ir a la par del recién suspenso estrenado por nuestro alumnado en comprensión lectora, según el último Informe PISA.
¿Han entendido algo?, ¿no?, pues tranquilos que repetimos sin prisa, pero con pausa para inexpertos en el lenguaje de los jóvenes del siglo XXI. "¿Qué haces este fin de semana?: Leer un libro. ¿Un libro?, cuéntame por mail qué te pasa..."
Bien. Aclarados los términos de un nuevo vocabulario que va a más, ahí va la reflexión: ¿A alguien le extraña ahora que los escolares no entiendan lo que leen? Ante un glosario con un pie en su versión "sms" y con otro en el chat internauta es difícil poner freno, pero no imposible ya que en tiempos de "guerra", la cultura sigue, afortunadamente, flotando contra viento y marea.
Recapitulemos. El uso de abreviaciones convencionales como "pq", la eliminación de vocales para condensar la información o sustituir letras por números (véase como ejemplo el siempre socorrido "a10") no tiene por qué ir en detrimento de una transmisión adecuada del conocimiento.
Tras la presentación oficial del popular Informe PISA (resultado del programa de valoración internacional de estudiantes realizado por la OCDE), no hay que buscar culpables, ni por supuesto, como hacen muchos "mass media", sacarle los colores al público joven (telediario tras telediario...) diciéndoles que sus compañeros finlandeses son los primeros de la clase. En España el rendimiento de los alumnos de 15 años está por debajo de la media, ésa es la conclusión a la que llega el estudio que pone nota a la Educación en 57 países. ¿Y la de 20 años atrás? -pese a disponer entonces de escasa infraestructura docente- ¿era mejor antes que ahora?, ¿en qué grado influye el porcentaje de masificación en las aulas?, ¿y el vertiginoso ritmo de la sociedad?..., las respuestas ya son cuestión de los expertos en la materia.
Por nuestra parte, he aquí uno de los mayores retos navideños que en algunos hogares podría suponer el "fin de los días". "Hijo mío, este año no te regalamos la PS3, ¿para qué?, ¡si ya tienes la PS2!, sin embargo no te quejarás, invertiremos todo su desorbitado importe en una buena colección de libros, ¿qué te parece?". "¿Lbro? ¿q eso?, a mí este año no me dejáis sin la "play", total el Informe PISA dice que no entendemos lo que leemos...".
Obviamente en este caso la ficción supera el colmo de los colmos, pero desde esta tribuna libre estamos convencidos de que las estadísticas, por suerte, no definen a la totalidad de la población, por ello hay miles y miles de jóvenes estudiantes con inquietudes culturales de todo tipo. Aquellos que quizá no salgan tanto en los informativos pero que cuando concluya esta dichosa "guerra" tecnológica creada por las multinacionales para la captación de los consumidores del mañana puede que, de nuevo, sean artífices de una revuelta que impida que el árbol no nos deje ver el bosque.