burocracia. En el ?papeleo? hay cuerda (o carrete) para rato

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Raquel Marqués Díez
Famosa pirámide invertida. O lo que es lo mismo (para iniciados) las respuestas a las "6 W": qué (what), quién (who), cuándo (when), dónde (where), por qué (why) y cómo (how). Quienes por encima de cualquier escalafón social ceden paso a la cultura se cuestionan qué "cosa" o ente les priva de ser partícipes de un saber "made in" siglo XXI.
Quizá demasiados "qués" o quizá pocos en mucho tiempo. Pero la obviedad física a tanto interrogante lanzado al aire es un déficit general de infraestructuras que en Menorca, particularmente, se hace evidente gracias a una innumerable retahíla de equipamientos inexistentes que darían para un par de artículos más.
La regla de tres es muy simple. Y es que la complejidad radica en el hallazgo de la vacuna que combata la enfermedad administrativa que padecen todas las artes. Promesas, palabras y más palabras se aturullan en enormes montañas de papeleo. Un sinfín de compromisos que deslumbran la tarjeta de presentación de la clase política, mayormente mediante la retransmisión telepática al más viejo estilo del cartel de neón. Si cumplen con hechos, en general, repiten y si no, pues también ¿dónde está el problema si nunca llegó a existir? Todo deriva de una fe ciega que cada cuatro años nos dirige a cerrar el mismo sobre porque: "en casa siempre hemos sido de izquierdas..." (léase también de derechas) y, claro, no es cuestión de llevar el lío a las urnas porque con uno, el de "los euros, cómo llegar a final de mes y superar la cuesta de enero sin morir en el intento...", como entenderán, es más que suficiente.
Luego, al contemplar un panorama desolador, llegan los disgustos. Así, de sopetón con un solo teatro como Dios manda en la Isla, un viaje de carretera y manta para ir a unos multicines en condiciones, jóvenes músicos con talento sin locales de ensayo... Eso sí, los proyectos que no falten. Tranquilos, todo está en marcha y si no la respuesta más socorrida de quienes salen y de quienes entran, no falla: "poco le queda..." Es la apaciguadora de ánimos por excelencia.
El maremagnum suma y sigue. El Govern balear anuncia la creación del Institut Balear de l'Audiovisual i el Cinema. "Un proyecto de legislatura con el objetivo de coordinar los esfuerzos y que busca la implicación interinstitucional". Un órgano que nace como articulador de ayudas en la producción de cortos, documentales o películas y que prevé el impulso de subvenciones en los doblajes y en la promoción exterior. Bien, nos remitimos a la película animada: "¡He visto la luz! y... ¡plaf! ¿?". La esperanza es lo último que se pierde, así que cuando todo esté en su sitio y el nivel cultural y creativo de calidad que emana de les Illes disponga de aposentos ¡ésto será la repanocha! Clasificados: "Urge un 'Acta non Verba' para las artes, razón aquí".