La obra de Hornby se estrenó como musical en 2006

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Rubén Pérez Atienza
Cuando el escritor británico Nick Hornby publicó su segunda novela, "Alta Fidelidad", seguramente ni se podía imaginar hasta dónde iba a trascender la historia de Rob Flemming, ese entrañable "freak" que surgió de su pluma, al parecer con bastantes tintes autobiográficos. Y es que el libro se convirtió casi de inmediato en un "best-seller" y años después en una magnífica película dirigida por Stephen Frears y protagonizada por John Cusack. La obra había resultado un auténtico filón, por lo que Broadway tampoco quiso dejar pasar la oportunidad y estrenó en 2006 una versión en formato musical. Por supuesto, el disco no podía faltar.
Tradicionalmente, las bandas sonoras confeccionadas a base de "hits" no suelen estar muy valoradas al considerarse como meras recopilaciones, pero en el caso de "Alta fidelidad" el esfuerzo va más allá. Posiblemente existan pocas películas en las que suenen o se hagan referencia a lo largo de su metraje a más de 70 canciones, todas ellas de los estilos más variados, incluyendo tanto clásicos como temas desconocidos de bandas independientes.
El CD tan sólo contiene 15 pinceladas de ese vasto universo musical, pero todos los cortes se pueden calificar como pequeñas joyas. Desde el primer track, "You're gonna miss me" de los 13th Floor Elevators, hasta el último, "I Believe" de Steve Wonder, se respira melomanía por los cuatro costados. No faltan a la cita otros clásicos como The Kinks, John Wesley Harding, Elvis Costello, The Velvet Underground o Love, piezas que no han de faltar en cualquier discoteca particular que se precie. Pero los "dinosaurios" también ceden el protagonismo a nuevas formaciones que a finales del siglo pasado ya estaban consideradas de culto, tales como Royal Trux, Stereolab, Smog o The Beta Band.
Esta banda sonora es como una de esas cintas de mezclas que grababas con tu doble pletina para recomendar algunos de tus grupos favoritos a tus amigos o para tratar de impresionar a la chica que te gustaba. Pero más allá de los musical, "Alta fidelidad" logra radiografiar a una generación de treintañeros capaces de expresar mejor su amor por una edición limitada de un vinilo a 45 revoluciones por minuto que por su novia de toda la vida.
Y es que Rob Flemming, propietario de una tienda de discos y alter ego de Hornby en la ficción, es uno de esos fanáticos que sólo viven por y para la música. De hecho, entre venta y venta pasa el rato confeccionado sus particulares listas.
Entre todas ellas, resulta especialmente significativa, por lo macabro, la titulada "Música que quiero que pongan en mi funeral", encabezada por "On love", de Bob Marley; "Many rivers to cross", de Jimmy Cliff; "Angel", de Aretha Franklin y "You're the best thing....", de Gladys Night. Curiosa mezcla.