TW
0

Entonces llegamos al final
autor: Joshua Ferris
género: Novela
traducción: Jordi Fibla
editorial: RBA
edición: Barcelona, 2008
páginas: 335
precio: 21 euros

Lluís Vergés
Maó
'Entonces llegamos al final', primera novela de Joshua Ferris quedó finalista del National Book Award, fue elegida por la revista norteamericana 'Time' como el segundo mejor libro de ficción del año 2007 y se incluyó en la lista de los diez mejores libros del año del diario 'New York Times'. Se trata de una original y divertida historia que retrata a unos oficinistas de una agencia de publicidad.
La narración está escrita en primera persona del plural, un procedimiento literario bastante inusual que da un tono de originalidad y distancia. Dos precedentes famosos -sin duda hay otros- son el relato 'Casa tomada', de Julio Cortázar, y 'Caballeros de fortuna' de Luis Landero.
Más de veinte personajes forman el elenco de esta obra que nos hace vivir los episodios cotidianos de una oficina. Allí encontramos todo clases de tipos humanos: el gracioso, el que no se entera de nada, el chalado, el deprimido, el enamorado, el escritor, el veterano...
El libro no tiene una trama única sino que está formada por los acontecimientos que suceden en una empresa en que los empleados se sienten amenazados por una ola de despidos que va afectando a todos los departamentos a causa de la disminución de los encargos que reciben.
En este contexto, los trabajadores tienden a hacer ver que trabajan pero en sus reuniones cada vez hay más charlas informales sobre temas personales, romances clandestinos y cada vez menos deliberan sobre las campañas publicitarias.
Otros dos asuntos que ocupan a los hombres y mujeres de esta agencia publicitaria de Chicago son la noticia no confirmada de un cáncer de mama de una de las accionistas y el misterioso encargo de una campaña publicitaria gratuita que parece ser el único trabajo que les queda por llevar a cabo.
Pero hay otros asuntos menores que ocupan a los miembros, un tanto disfuncionales, de este equipo. Son, por ejemplo, hacerse con las sillas de los compañeros que han abandonado la empresa, chismorrear sobre el tótem que ha heredado uno de ellos, o comentar las pintadas insultantes en algunos despachos.
El narrador plural nos va informando del estado de ánimo de estos oficinistas que pese al clima de crisis siguen preocupándose por su estatus. "Se habían llevado nuestras flores -escribe Ferris-, nuestras vacaciones veraniegas y nuestras primas, sufríamos congelación de salarios y de contrataciones de nuevo personal y la gente salía volando por la puerta como otros maniquíes desmantelados. Nos quedaba una sola cosa, la perspectiva de un ascenso. Un nuevo cargo. Cierto que no venía acompañado de dinero, que el poder era casi siempre ilusorio, la concesión una barata y hábil medida ideada por la dirección para impedir que nos amotináramos, pero cuando se difundía la noticia de que uno de nosotros había sido ascendido, esa persona estaba aquel día un poco más serena, se tomaba más tiempo del habitual para comer y volvía con bolsas de compras, se pasaba la tarde hablando en voz baja por teléfono y por la noche se marchaba cuando quería, mientras los demás enviábamos y recibíamos correos electrónicos sobre los elevados temas de la justicia y la Incertidumbre".
No es una novela de lectura fácil y fluida. La gran cantidad de personajes y la diversidad de sus neuras personales es un obstáculo importante. Pero quien haga el esfuerzo de leerlo obtendrá la recompensa de una narración notable y un simpático final.