TW
0

Raquel Marqués Díez
Era que se era una inmensa extensión árida, muy árida, donde las lagartijas campan a sus anchas y se cuelan por las grietas terrestres dibujadas en un paraje desértico, pero autóctono y natural. Lagartijas que aún hoy tienen los ojos salidos de las órbitas desde que escucharon la propuesta de llegada a su morada de un Las Vegas a la española. Un proyecto que se vende a Los Monegros como la panacea del desarrollo económico para la comunidad aragonesa.
Nada más y nada menos que ¡32 hoteles-casino!, un hipódromo, campos de golf, un gran centro de convenciones, cinco parques y hasta una plaza de toros. Por si las moscas no queda claro que lo spanish -pase el tiempo que pase- se sigue promocionando a lo grande con el "olé". Ustedes pensarán que el plan que promueve el International Leisure Development (ILD) puede ser muy beneficioso sobre todo para los pueblos aledaños que, por falta de oportunidades, se están despoblando. Pero resulta que la golosa inyección monetaria que prevé alzar en ladrillo 16 áreas temáticas -una por cada periodo histórico significativo en la evolución del hombre: desde la Prehistoria hasta el futuro, pasando por el Egipto de los faraones, la Grecia antigua, la Edad Media, el Renacimiento o el Siglo de las Luces-, no convence a todos. Y no es de extrañar, créanme, cuando el llamado "Gran Scala" se impulsa como la panacea turística y en realidad no pretende más que la plantación de una vasta extensión de tragaperras y apuestas varias disfrazadas de ocio y cultura. ¡Ay!, poderoso "don" dinero...
Ante el alzamiento de voces ecologistas los promotores se defienden con un proyecto totalmente sostenible. Bueno, ¡faltaría más!, hasta ahí podríamos llegar...
No entraremos a cuestionar los problemas de agua de la zona porque sería el cuento de nunca acabar..., pero ¿por qué a nadie se le ocurre hacer un parque temático cultural en condiciones? Pero de los de verdad, sin trampa, ni cartón. Cien por cien natural. Sin aditivos. Repleto de arte: literatura, pintura, escultura, teatro, cine, danza... Por pedir que no quede...
Mira que inspirarse en Las Vegas, ¡ya les vale! Claro que la culpa siempre la tiene el que gira la manivela del Banco Europeo. A más ajetreo a golpe de billete más ganas de generar negocio. Así es el sistema.
Un día soñé que el de la manivela se equivocaba y que salían libros. Entonces la monstruosa Las Vegas era engullida por rabiosas lagartijas con ganas de reconquistar su hábitat.
Soñar es gratis.