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Rubén Pérez Atienza
El 13 de abril de 1998 el panorama musical español se vio revolucionado por el lanzamiento de "Una semana en el motor de un autobús", el tercer disco de la banda granadina Los Planetas. 12 temas; 58 minutos y 54 segundos que para muchos representan la obra maestra de este grupo que surgió como uno de los abanderados del movimiento "indie" en la segunda mitad de los 90 y que aún viaja por la escena musical gracias a proyectos tan osados como "La leyenda del espacio" (2007), un "cd" en el que siguiendo la estela del álbum más conocido de Camarón fusionan con su particular estilo el rock con las raíces flamencas.
El título de "Una semana en el motor de un autobús", que recientemente acaba de cumplir su décimo aniversario, está inspirado en un tema de Bob Dylan, "Stuck inside of Mobile with the Memphis blues again", del disco "Blonde on Blonde", otra obra maestra. El trabajo se grabó en Nueva York gracias a la apuesta de su discográfica, que decidió confiar en una banda que había logrado congregar a una legión de fans con sus dos primeros álbumes, "Super 8" y "Pop", frescos, guitarreros y directos.
El resultado se volvió más denso, melódico e inspirado y con unos arreglos muy cuidados. Pero entre las virtudes más significativas de "Una semana..." figura el hecho de que sus doce temas comparten un hilo de conexión. A lo largo de la hora que dura el disco, se relata de alguna forma una semana en la vida del protagonista, J, vocalista y compositor, que encadenó para la ocasión una colección de letras que expresan con esa voz que tanto cuesta entender muchas de sus preocupaciones, aficiones y obsesiones: desengaños amorosos, euforia, depresión, celos, rabia, subidones... La banda plasmó en su obra la más que evidente realidad de una generación perdida, que sin embargo no logró superar el conservador filtro impuesto por algunas cadenas de la radiofórmula.
Si en el mundo del fútbol lo que cuenta al fin y al cabo son los goles, en el campo del pop-rock la palma se la llevan los estribillos y las melodías pegadizas, y en esa materia J es sin duda el "crack". El disco arranca espectacularmente con "Segundo premio", que pese a un ritmo de batería sencillamente inolvidable supone quizás el único punto débil de la obra, y no porque le falte calidad, sino porque durante mucho tiempo ha circulado el rumor de que la melodía está "basada" en "Promesses", del francés Etienne Daho. La escucha de ambos cortes no deja lugar a dudas, el parecido es demasiado sospechoso. El grupo jamás se ha pronunciado al respecto, mientras que los fans más acérrimos defienden que más que un plagio, quizás sea un homenaje. El eterno dilema.
La Copa de Europa
Si el disco comienza en el segundo lugar del pódium con un himno a la desesperación que provoca no haber logrado el objetivo, termina con "La copa de Europa", una canción épica (9 minutos y medio) que representa la felicidad, una pieza que según reconoce el autor está inspirada en las sensaciones que pasaron por su cabeza mientras el balón disparado por Ronald Koeman se dirigía de forma imparable hacia la red en el estadio de Wembley.
Entre una canción y otra discurren otras diez simplemente impecables. Todas ellas podrían haber sido lanzadas como singles. Sin embargo, tal recompensa sólo la recibieron, junto a "Segundo premio", el pildorazo químico que supone "Cumpleaños total" y "La Playa", oda al doloroso amor veraniego. Dos apuntes más sobre la esencia conceptual del disco, cuyo mensaje apunta hacia lo difícil que es volver a levantarse después del fracaso. "Una semana..." supuso la consagración de Los Planetas y la confirmación de que un grupo nacido en la escena independiente puede sobrevivir fiel a su estilo al amparo de una multinacional.
El disco acaparó los elogios de la prensa, que lo aupó como el mejor del año y uno de los más importantes de la historia de la música española. Esa última etiqueta podía parecer quizás demasiado atrevida en el 98, pero el paso del tiempo ha dado la razón a un trabajo que tras una nueva escucha diez años después sigue sonando tan actual como entonces. Cinco estrellas.