Cuatro historias de Conrad desde la misma mirada

J.C.
Madrid
No son novelas cuyo argumento se vaya desarrollando sucesivamente, pero las cuatro narraciones de Joseph Conrad que se reúnen en este volumen tienen como punto de confluencia la presencia de un mismo personaje, Charly Marlow, que sirve de hilo conductor a lo que allí sucede. No es necesario, pues, conocer el cuádruple relato en su conjunto para entender lo que está pasando, puesto que son independientes entre sí, pero nos vamos a encontrar con que las experiencias del marino y viajero Marlow tienen su lugar en cada una de ellas. Esa percepción se acrecienta después de leer el prólogo que le ha puesto Miguel Martínez-Lage, que estudia a fondo el papel que desempeña este personaje.
Ha sido una buena idea de la editorial Edhasa el reunir en un solo volumen estas novelas: "Juventud", "El corazón de las tinieblas", "Lord Jim" y "Azar". Han tenido una vida separada y fructífera, pero gracias a este nexo se pueden ofrecer conjuntamente y la lectura, como es natural, se enriquece y se puede disfrutar más. Tal vez sea "El corazón de las tinieblas" (1899) la obra del escritor polaco que ha gozado de mayor fama y difusión en España, pero también otras de sus obras, como "El agente secreto", "Bajo los ojos de Occidente" o "La línea de sombra".
Joseph Conrad (1857-1924) nació en lo que hoy es Ucrania de padres polacos (por entonces aquella tierra no había alcanzado todavía la independencia). Eligió vivir en Inglaterra y escribir en inglés, pero eso fue después de una intensa vida aventurera que le llevó por muchos y muy alejados países de todo el mundo. De su literatura se ha dicho que consiguió unir los planteamientos psicológicos con la aventura (aunque haya quien no traspase nunca esta línea y la vea siempre desde tal perspectiva), como también que haya sido capaz de llevar una narrativa encerrada en el ambiente victoriano a otra concepción distinta, de carácter más europeísta. A estas alturas se puede decir que Conrad es todo un clásico, capaz de hacer pasar buenos ratos a sus lectores, tanto ahora como hace un siglo.