TW
0

Lluís Vergés
Maó
El revolucionario descubrimiento de que nuestros pensamientos pueden cambiar la estructura y función de nuestros cerebros es el tema que explora en este libro el psiquiatra y psicoanalista Norman Doidge. El autor repasa en "El cerebro se cambia a sí mismo" el camino que esta realidad ha tenido que recorrer para llegar a ser aceptada como una verdad científica. Para ello recurre a historias de científicos, doctores y pacientes que han hecho posible este avance. Sin operaciones ni medicación, han usado la habilidad del cerebro para cambiarse a sí mismo.
Ya Santiago Ramón y Cajal intuyó en 1894 que el "órgano del pensamiento es, dentro de ciertos límites, maleable y perfectible mediante ejercicio mental bien dirigido". Diez años después el Premio Nobel español dijo que los pensamientos, repetidos en "Práctica mental" debían de reforzar las conexiones neuronales existentes y crear otras nuevas. También intuyó que este proceso debería ser especialmente acusado en las neuronas que controlan los dedos de los pianistas, que llevan a cabo mucha práctica mental.
El sabio aragonés no es el único español cuyos trabajos son citados en el libro. Doidge recoge también las investigaciones del científico Alvaro Pascual Leone (Valencia, 1961) que fue el primero en usar estimulación magnética transcraneal EMT para hacer un mapa del cerebro. Esta técnica permite también influenciar la conducta haciendo que las conexiones de las neuronas se activen. Igualmente se cita el pionero trabajo del hijo de Pere Bach i Rita un exiliado poeta catalán. El mexicano Paul Bach y Rita publicó en 1969 en la revista 'Nature' un artículo que describía un aparato que permitía que ciegos de nacimiento pudieran tener algún tipo de visión.
No deja de ser paradójico que la idea de la plasticidad del cerebro fuera descartada durante muchos años porque se creía que cada funcionalidad cerebral estuviera localizada en un área concreta del cerebro. La sabiduría convencional era que después de la infancia el cerebro cambiaba sólo cuando iniciaba su largo proceso de declive.
Pero en los años sesenta y setenta un grupo de brillantes científicos demostraron que el cerebro cambia su propia estructura con cada diferente actividad que lleva a cabo. Doidge relata que en el curso de sus viajes por el mundo ha encontrado científicos que hacen posible que ciegos de nacimiento puedan ver y que sordos puedan oir. En su libro habla con gente que había tenido ataques décadas atrás y habían sido declarados incurables pero que han podido recuperarse mediante tratamientos neuroplásticos; se entrevista con gente cuyos desórdenes para aprender pudieron ser curados y cuyos coeficientes intelectuales aumentaron; ve la evidencia de que es posible para gente de ochenta años agudizar su memoria para funcionar como lo hacía cuando tenían 55. Ha visto a personas reeducar sus cerebros con sus propios pensamientos y librarse así de traumas y obsesiones hasta entonces incurables. Conversa también con premios Nobel sobre cómo debemos repensar nuestro modelo de cerebro ahora que sabemos que está en constante cambio.
El libro está escrito de forma amena y ha recibido los elogios del neurólogo Oliver Sacks que lo define como "un esperanzador y extraordinario relato de la incalculable permeabilidad del cerebro humano".

El cerebro se cambia a sí
mismo
autor: Norman Doidge
género: Divulgación científica
editorial: Aguilar
edición: Madrid, 2008
páginas: 400
precio: 21 euros