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RAQUEL MARQUÉS DÍEZ
Miércoles de junio lluvioso. El mundo al revés. Y para rematar la faena, el caos llega con la C-R-I-S-I-S. Después de varios días de atrincheramiento contenido (del palo: "¡se han vuelto locos estos romanos!, aguanta, tú no eres como ellos, no sucumbas al estado general de psicosis...), me rindo y voy a la guerra. Iba yo a echar un vistazo al "super" del barrio, ya se imaginan por aquello de que "no vaya a ser que me quede sinCoca-Cola Zero..." -que en mi caso sería como quedarse sin pilas-, cuando ¡sorpresa!, allí estaban esas latitas negras suplicándome "sálvame, llévame a casa...". Decido complacerlas y, por si las moscas, cargo en el carro 90 unidades. Bueno (pienso) en el peor de los casos puedo subsistir tres meses con un consumo moderado de una al día.
Mientras espero invicta en una larga cola a que la cajera se destronche de mí como del resto de compradores que acuden en busca de provisiones mucho más disparatadas que mis 90 cocacolas (cajas y cajas de cerillas; veinte velas antimosquitos; pizzas, menestra o rollitos de primavera precocinados, y bla, bla, bla...), hago tiempo observando las miradas de mis vecinos que me lanzan un mensaje telepático de tranquilidad. Al minuto reacciono y me doy cuenta de que con su táctica gestual de falsa serenidad tan sólo quieren aniquilar al enemigo.
De regreso a casa, cabreada como una mona por mi primera derrota en combate, y mientras empujo el carro repleto de "la chispa de la vida" un camión me obliga a frenar mi marcha. El vehículo pesado está ahí, tan campante, obstaculizando mi paso por una histórica vía peatonal. La curiosidad, como siempre, me puede. Confío mi tesoro a una colega de infantería urbana, también atascada con sus víveresomega-3, y husmeo en la carga. ¡No puede ser!, va repleto de cuadros y esculturas. Su propietario sale con tres obras más de una galería cercana y me explica que desde hace días se dedica a hacer acopio de arte. "Los hay que no pueden subsistir sin gasolina, sin actimeles, sin cereales integrales, si me apuras... y yo no estoy dispuesto a pasar esta C-R-I-S-I-S sin contemplar la maestría de los artistas", me dijo y siguió su camino...
"La función del arte en la sociedad es edificar, reconstruirnos cuando estamos en peligro de derrumbe". (Sigmund Freud)

Imagen: "El grito" ("Skrik"), del noruego Edvard Munch (1863-1944). Es un grito sobre el sentido de la existencia. Habría que dilucidar si trataba de expresar su propia angustia personal o la desesperación del hombre (en abstracto) de esta sociedad, frente a un mundo convulsionado por la revolución económica e industrial y la pobreza de las clases trabajadoras y la injusticia social. Siempre ha habido crisis.