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Lluís Vergés
Maó
La reciente concesión a 'Hijos del Monzón', de David Jiménez, del premio al mejor libro de viajes de 2007 "Camino del Cid" ha hecho justicia con un libro que estaba pasando injustamente desapercibido y que, por su calidad e interés, merece mejor suerte. Se trata de un interesante y penetrante retrato del continente asiático a través de las vidas de diez niños que tratan de sobrevivir en un mundo que les niega casi todas las oportunidades.
Periodista del diario 'El Mundo' y corresponsal en Asia desde hace diez años, Jiménez ofrece en 'Hijos del Monzón' un excelente repertorio de buen reporterismo. Para su libro ha elegido como personajes principales a Vothy, una niña camboyana de cinco años enferma de sida que en un hospital de Phnom Penh cuidaba de suFull Screenmadre quien le había transmitido la enfermedad; Chuan, un niño boxeador tailandés, apodado 'El invencible' pero que no había ganado ningún combate; Reneboy, un niño que vive de lo que gana de escarbar entre la basura en un vertedero de Manila: Teddy, un joven que murió tiroteado por las Fuerzas Armadas en una manifestación contra Suharto en Indonesia; Mariam, una niña afgana que tuvo que huir a Pakistán por el acoso de los talibán a su etnia, los hazara; Yeshe, un joven monje tibetano que trata de plantar cara a la represión del Ejército chino; Belleza eterna, un niño que, como otros cuatro mil, vive en las alcantarillas de Ulan Bator, en Mongolia; Kim, un pequeño norcoreano que logró escapar de su esquizofrénico país; Chaojun, una pequeña pianista china en quien sus padres han depositado todas sus esperanzas para una vida mejor; y, el último retrato, corresponde a Man Hon, un adolescente autista de Hong Kong a quienes sus padres perdieron la pista en un descuido en una estación de tren y no han vuelto a saber de él pese a todos sus esfuerzos.
Estos 'Hijos del Monzón' como los ha bautizado Jiménez son niños o jóvenes ha quienes la vida les ha dado cartas tan malas que prácticamente han perdido la partida. Difícilmente podrán salir de la miseria en que les ha tocado nacer. Algunos de ellos, sin embargo, conservan el valor a la fe, pese a las situaciones límite o las penurias que les toca padecer.
El autor no se limita a hablarnos de estos niños sino que también nos cuenta sus experiencias de corresponsal, algunos de los contactos que se ha forjado con taxistas o gentes humildes de los lugares que visita, así como información general de los países a los que hace referencia.
Además David Jiménez consigue dar a estas pequeñas crónicas, la categoría de gran periodismo, al seguir los pasos de los personajes retratados, al cabo de unos años. La dimensión temporal añade mucho valor a este trabajo aunque en algunos casos el periodista no logra reencontrar a sus pequeños protagonistas.
Sin ser, como se dice en el prólogo un retrato fiel de Asia y sus gentes (es un continente demasiado grande y diverso para describirlo en un libro) sí es relato de quienes no han logrado subirse al tren de la oportunidades, a menudo arrinconados por un modelo que ha decidido hurtarles su voz. Su historia, llena de coraje y dignidad, interesará a todos.

Hijos del Monzón
autor: David Jiménez
género: Reportaje
editorial: Kailas
edición: Madrid, 2007
páginas: 275 páginas
precio: 17.90 euros