Unas diferencias que van más allá de la muerte

J.C.
Madrid
Hace treinta años el escritor y periodista José Jiménez Lozano, premio Cervantes en 2002 y premio nacional de las Letras Españolas en 1992, ofrecía un documentadísimo estudio (las notas ocupan casi tanto espacio como el texto) sobre "Los cementerios civiles y la heterodoxia española". Partía nuestro autor de una observación muy pertinente: el trato a los muertos no ha tenido una plasmación igualitaria en todos los lugares, puesto que la existencia de los cementerios católicos en gran parte de los municipios españoles ha dejado fuera de sus tapias a quienes morían alejados de la Iglesia católica (a veces sin una formulación intelectual o expresa, como en el caso de los suicidas).
En sí esa distinción genérica podía haber sido aceptable, pero la manifestación práctica de tal separación no lo era desde el momento en que el llamado "cementerio civil" se había convertido en la mayoría de los pueblos en una especie de "corralillo" abandonado, donde se enterraba a los "disidentes" sin ningún adorno o acompañamiento, casi diríamos que sin el mínimo respeto que merece quien fallece (al margen de sus ideas o del género de vida o de muerte que eligió en su momento) o en relación con los familiares que sufrían la prohibición de honrar a sus difuntos, como hacían el resto de ciudadanos.
Los que a juicio de la Iglesia o incluso del poder civil renegaban de su catolicidad o eran considerados heterodoxos, locos o rebeldes, eran apartados de la mayoría de los conciudadanos también después de su muerte: "La sociedad se deshace de ellos como de los delincuentes o de los locos, recluyéndolos en una especie de corral maldito u olvidado al que se dirigen miradas de terror o de piedad o solo de indiferencia". Jiménez Lozano quiere proyectar el interés que tuvo desde joven por esta situación y ahora renueva con este libro "el fondo de sentimiento que entonces me llevaba a arrojar por las tapias, con una oración, unos cuantos crisantemos y claveles, al otro lado del camposanto, al corralillo".