Palabras tergiversadas

J.C.
Madrid
Irene Lozano (Madrid, 1971) se ha especializado en investigar y exponer la fuerza de las palabras y la violencia que ejercemos sobre ellas. Lo hemos visto en "Lenguaje femenino, lenguaje masculino" (1995) y "Lenguas en guerra" (2005). Y lo estamos viendo ahora en "El saqueo de la imaginación", título que no acabamos de entender (por más que sea muy plástico), pero que encuentra una mayor explicitación en el subtítulo, "Cómo estamos perdiendo el sentido de las palabras".
Justamente de algo de eso se trata. No de que nosotros los hablantes estemos perdiendo la auténtica significación de las palabras, sino de cómo algunos de quienes nos dirigen consiguen forzar su contenido para rellenarlo con el que a ellos les interesa. Y, vistos los mensajes que nos llegan continuamente hay que concluir que son verdaderos maestros en ese arte, porque están logrando que nos traguemos todas sus mentiras.
Ejemplos recoge muchos la autora, pero es que resulta fácil obtenerlos en una sociedad como la nuestra. Cuando una multinacional asegura que no aspira a hacer dinero, sino a cambiar el mundo, ¿qué podemos pensar? Si los directivos de un banco español exponen las actividades que emprenderán y añaden que desean "ayudar a la gente en su tiempo libre": ¿cómo que ayudarnos? Sería un mensaje lícito si lo efectuaran gratuitamente, llevados por un afán altruista, ¿pero quién cree que es así? Ambos ofrecen unos servicios y cobran por ello, ¿a qué intentar "vendernos" una actitud que está bien lejos de ser cierta tal como lo entiende un hablante normal?
Lo mismo ocurre con el vocabulario político. Parémonos a pensar en lo que tiene que soportar un término tan habitual en este mundo nuestro como es "democracia". A estas alturas si no la adjetivamos ya no sabemos a qué nos estamos refiriendo exactamente. O tenemos que duplicar la palabra para que nuestro interlocutor sepa que no estamos hablando de sucedáneos, sino de la auténtica, de "democracia democracia". "Ninguna sociedad sale indemne de una mistificación tan profunda de sus valores", concluye la autora.