Mundo íntimo y espiritual

J.C.
Madrid
Hace sesenta años se publicó en Estados Unidos la autobiografía de un monje llamado Thomas Merton. Aparentemente nada especial, porque lo que hace es contar su vida de una forma sencilla y directa, sin especiales florituras. Cómo nace en Francia (muy cerca de la frontera española, en Prades), de padres artistas; cómo al morir su madre norteamericana es enviado allá con los abuelos, quienes le llevan a estudiar a la Universidad de Columbia; cómo a los veintitrés años se convierte al catolicismo y decide entrar en una orden contemplativa, en la que permanecerá afecto durante toda su vida, hasta su muerte accidental en 1968.
Todo eso es relatado en "La montaña de los siete círculos", un libro que se publicó en 1948 y que no ha cesado de reeditarse desde entonces. ¿Qué tiene de particular todo eso? Como es natural, lo que importa a su autor no es poner énfasis en las circunstancias externas de su existencia, sino en la trayectoria interior que ha vivido: de qué manera asume cuanto le ha sucedido y cómo lo transforma en pensamientos que, una vez le han conducido a Dios, no cesan de enriquecerle espiritualmente. Porque esta es la meta que se propone en su vida y la que ofrece como una meta para los demás en las páginas de este libro. De hecho sus escritos se han convertido en una especie de guía espiritual que ha acompañado a muchísimas personas en la búsqueda de una vida auténtica; que mira más adentro que hacia fuera, volcada más en Dios que en lo epidérmico; en la que se prescinde de todo lo que es innecesario (¡tantas cosas!). Poco que ver con lo que nos encontramos en nuestros días.
El libro responde a una vivencia personal y ésta no siempre se puede transmitir a los demás. Quiero decir que algunos entrarán en ella y la harán suya, mientras que otros la verán como algo curioso o exótico. Pero todos aquellos que tomen este libro en sus manos y procedan a su lectura de una forma pausada y receptiva, sin ansias de correr por sus páginas ni descubrir mundos de fantasía (aunque sea religiosa) se encontrarán con una visión del mundo y con unas experiencias que no les dejarán indiferentes. Que son capaces de inducir al cambio y al crecimiento. Eso, seguro.