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Brian Smith inaugura con éxito un ciclo de demostraciones en la galería Kroma de Maó

R.M.
Maó
La admiración por la difícil pero apasionante técnica de la acuarela ha llevado a la dirección de la galería Kroma de Maó a programar un interesante ciclo sobre cómo se pinta un cuadro de la mano de un experto acuarelista. El pasado sábado 25, el espacio abrió sus puertas al público en general para que los apasionados del arte pudiesen compartir junto a Brian Smith los entresijos de una jornada creativa.
Para ello, Smith cuenta en su paleta con 25 colores de la casa Talens, aunque sólo usa unos pocos: tierra tostada, sombra tostada, azul cobalto, azul ultramar, índigo, tierra siena natural, rojo permanente claro, amarillo azo claro y rojo de cadmio. Utiliza un papel acuarela de grano fino de 350 gramos de la casa Canson, de 65 por 50 centímetros. La temática escogida no puede ser más menorquina, el mercado del Claustre del Carme de Maó y la especialidad de su ambiente, que pintó a partir de un boceto tomado al natural (de 20x15 centímetros).
A modo de entrega didáctica, el artista desglosa su acuarela paso a paso. En primer lugar y una vez escogido el motivo, realiza un dibujo rápido, cuidando principalmente la perspectiva ya que en el tema ésta es fundamental. Seguidamente y con un azul ultramar muy diluido en agua, sitúa todos los elementos de la composición.
Después, y ya con un pincel con más pigmento y menos agua, empieza a dar forma, reservando luces y pintando sombras para dar volumen a todo el conjunto. En ese punto, es importante recordar que en la acuarela y debido a que es completamente transparente, se pinta siempre de menos a más, es decir que hay que reservar las partes claras.
Llegados a la tercera etapa del trabajo, cabe recordar que hasta aquí prácticamente se ha pintado con el papel húmedo con lo que es posible influir un poco sobre el color absorbiendo con un papel secante o añadiendo. Depende de la situación e incluso en algunos casos se puede pintar con el mango del pincel o arrastrar color y desplazarlo con la hoja de un cuchillo aplicando a su vez la presión justa para no romper el papel. Es por ello que en el último paso Smith espera a que el papel esté completamente seco para dar las pinceladas finales que deben ser las más precisas buscando prioritariamente, sugerir, dejando que el ojo y la distancia hagan el resto.
Tal fue el éxito de esta actividad que la galería repetirá experiencia a lo largo de este mes.