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Raquel Marqués Díez
Estoy viendo una mosca pasar, estoy mirando al techo, y ahora, aunque no te lo creas, estoy trabajando..." Pues sí, la vidafacebookpodría resumirse así, en dar cuenta a tu particular universo de amistades virtuales de cada movimiento que das. Todos los del barrio de esta red social con quienes he charlado del tema concluyen en el mismo pensamiento. Primero te das de alta, luego solicitas permiso a tus amigos cercanos para cotillear entre sus fotos y videos, y después buscas a viejos conocidos para contactar cual aula salmantina del estilo "decíamos ayer..."
Total, que en un abrir y cerrar de ojos empieza a circular tu pasado más pueril, lanzándote pequeñas cápsulas acerca de las bodas, bautizos y comuniones de tus compañeros de primero de EGB Información ésta que te importa menos que la vida de la malograda mariposa Euphy­dryas editha bayensis (en peligro de extinción), pero que no sabes cómo sigues husmeando desde el primer día. Pero lo que realmente es grande en elfacebookson los grupos a los que se une la gente. Plataformas reivindicativas surgidas de la nada, sin infraestructura física o al menos palpable, que te permiten adivinar por dónde van los tiros musicales, teatrales, deportivos, gastronómicos, literarios y/o políticos, entre otros muchos, de tus amiguetes.
Y, entre tanta causa común, proliferan localismos tan auténticos comoAmics des coc des Tritón a les cinc del matí, El Caserío no tanca!! o Menorcaesunpaísmoderno. Además de frikadas varias cual Adopta a un surfero californiano de 20 años, Si en la peli de "DragonBall", Gokuh grita "Onda vital" me piro del cine o Volem més d'això i menys d'allò altre.
Es por todo ello que, a veces, elfacebookme deja un resabio aMi vida sin mí. Claro que en el film de Coixet, su protagonista Ann, es guiada por un impulso vital para completar y llevar a cabo una lista de "cosas por hacer antes de morir". Sentimiento que la Red emula, pero que por mucho que avance el ingenio internauta, continuará siendo poco vívida a la existencia que realmente merece la pena disfrutar.