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Laura Benítez pinta sobre seda brillantes escenas cotidianas

Ll. Pons
Maó

Laura Benítez hace seis años descubrió en la seda el lienzo que le permitía expresar su creatividad artística que durante años había ensayado en otros soportes.

La colorista obra de Laura despierta las sensaciones más frescas del verano. La seda responde a los tintes de color con unos brillos sorprendentes que ofrecen unos cuadros realmente impactantes. Las marinas del sur de Menorca, la mujer en la que se reconoce, el gato que le hace compañía y algunos bodegones, protagonizan la exposición que Laura Benítez ofrece en Xibau Punt Art de Ferreries desde el viernes. Más de cuarenta obras, de tamaños distintos que abarcan desde el gran formato a otros más pequeños, han iluminado la galería de arte que acoge la primera exposición individual de la artista, "El color de la vida".

El color es para Laura Benítez, malagueña afincada en Menorca desde hace tres veranos, de su máximo interés, "si no pintara con colores no sabría por dónde tirar". No obstante, su obra empieza con el dibujo que realiza con guta, una resina que se fija en la seda y permite hacer reservas donde aplicar los tintes de colores que se extienden como manchas. Para fijar el tinte en la seda el método que ella utiliza es en base al vapor, enrolla cada obra en papel y la mantiene en una especie de estufa durante dos horas. Una técnica, la de la pintura en seda, que no permite correcciones, "juegas en el directo" observa mientras comenta que los dibujos preparatorios son importantes de cara a la composición de cada cuadro.

Laura busca que sus obras le devuelvan la mirada, "me gustan las cosas bonitas" y cosas bonitas son las que componen sus cuadros que hablan de la vida cotidiana llena de fantasía y felicidad. La mujer es uno de sus iconos que le permite identificarse con su creación y plasmar las emociones y sensaciones propias. El gato, muy recurrente, es para Laura el animal delicado que desde siempre ha estado muy ligado a la mujer, "los gatos siempre están guapos".