TW
0

Redacción
Ciutadella

Que un hijo, nieto, sobrino, hermano y padre de periodista como Javier Zuloaga (Bilbao, 1952) escape de la profesión es misión casi imposible. Más allá de llevar el cuarto poder en la sangre y en consecuencia de desarrollar una intensa actividad en el ámbito de la información y la comunicación empresarial, Zuloaga es también escritor. Recientemente y de acorde a su idea de que "la mayoría de los periodistas llevan un potencial escritor dentro", ha presentado su segunda novela "La isla de los rebeldes" (El Aleph).

Un profesor de Humanidades y un periodista protagonizan una sátira que se sumerge en la vida de San Gregorio, una isla imaginaria situada en un lugar inconcreto del Caribe, rica en petróleo. El periodista Julián Rasilla y Don Lucas, un personaje singular, viejo profesor por cuya aula han pasado a lo largo de los años los alumnos más distinguidos de la isla -hoy miembros de la élite del país-, adentran al lector en la obra.
Lejos de ser una simple sátira de la miseria política. Zuloaga seduce con la épica del desencanto y muestra hasta donde nos lleva la tentación del fracaso. Pero su mundo no es oscuro, sino rebosante de claridad, lleno de luz, de luz tropical, radiante y calurosa, según explica el editor Bernat Puigtobella.

Director de los diarios regionales "La Voz de Castilla" de Burgos, "Unidad de San Sebastián" y "El Día de Baleares"; corresponsal-delegado de la Agencia EFE en Portugal, Argentina y Marruecos; delegado de "La Vanguardia" en Balears; entre 1989 y 2006 responsable de Comunicación de la Caixa y posteriormente a cargo de la Dirección de Comunicación de la Obra Social, Zuloaga se estrena como escritor con "El hombre que pudo ser libre" (El Aleph, 2005).
De "La isla de los rebeldes" la crítica destaca que se trata de "una magnífica fábula sobre los espejismos de la política y las artes mediáticas que viven a su alrededor para llevar a los pueblos hacia la ensoñación".