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Dedé y Hombre López se unen en una obra libre, urbana y sin límites sobre los soportes más inesperados

Raquel Marqués
Ciutadella

Aquí han gozado de total libertad. Y eso se nota. Dedé y Hombre López unen su arte en un proyecto sin límites, urbano y sobre los materiales más inesperados. La galería Vidrart de Ciutadella apuesta por arquitecturas y geometrías que fluyen de la cinta de carrocero. ¿El resultado?, "Carroceromen", una exposición sin precedentes, una fusión que arroja creaciones sorprendentes creadas en poco más de un mes en el taller-estudio de Hombre López.

"La idea surgió a raíz de trabajar juntos en la muestra Mur-Murs de Maó", explican, cuando ellos y otros artistas llenaron la estación de autobuses de arte urbano. Ambos proceden del mundo del diseño, por lo que sus influencias son fácilmente reconocibles. Pero en esta ocasión no atienden a encargos. Es una obra propia donde la cinta de carrocero es la estrella y cuaja a la perfección con el spray Montana 94 mate de alta presión. "Para mí la cinta es mi lápiz, es como dibujo", señala Dedé. Él y Hombre López han trabajado su arte sobre los mismos soportes con un efecto excelente pese a lo variopinto del continente. Ventanas, tableros de mesas camilla, madera, tela o troqueles. En el caso de Hombre López no faltan las simetrías de su "meta-hombre", o los volúmenes en 3D; y en el de Dedé las líneas geométricas que, dice, al espectador suele remitirle "a los planos de grandes ciudades, a un estilo afro-urbano o, incluso, al chip de un ordenador".

"Este proyecto ha sido una manera para disfrutar haciendo lo que nos gusta", concluye Hombre López, quien apunta a la novedad de la propuesta en el marco delstreet art.

@ "Carroceromen", Dedé + Hombre López. Hasta el 13 de octubre en la galería Vidrart de Ciutadella.

www.hombrelopez.com
www.vidrart.net