Los motoristas realizaron la misma ruta que hizo David Camacho el día del accidente. | Josep Bagur Gomila

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Unas ochenta motos rugieron ayer de tristeza, dolor, despedida. Fueron ochenta golpes de gas para no olvidar, ochenta corazones que se unieron para rendir el mejor homenaje que hubiera deseado cualquier amante de las dos ruedas.

La familia motera se unió ayer al acto de despedida que el grupo de amigos de David Camacho quiso rendirle tras fallecer en accidente de moto el pasado 29 de agosto en Ciutadella al colisionar con un coche aparcado.

El recorrido programado ayer y bautizado como «La route d'en David» era especial. Y es que los participantes realizaron el mismo trayecto que Camacho había llevado a cabo horas antes del fatal accidente.
El grupo se encontró a las diez de la mañana en el Espacio Custom de Ciutadella y, de forma improvisada, se desplazó a pie hasta el punto del accidente, situado a unos pocos metros del lugar de encuentro. Allí, el grupo depositó un ramo de flores y guardó un minuto de silencio cargado de emoción. Acto seguido, fueron a buscar sus motos para iniciar el recorrido programado. Tras discurrir por el centro de Ciutadella, el pelotón se dirigió hacia Alaior y Cala en Porter para, regresar a Ponent, pasando antes por Es Mercadal. De regreso a Ciutadella, en torno a las doce del mediodía, los amigos de David Camacho pararon en el cementerio donde realizaron una ofrenda floral en su memoria.

Desde la organización del evento agradecen a la mujer y suegro de David su presencia tanto a la salida de la ruta como en el cementerio.  

La intención del grupo es que esta ruta, la última de David Camacho, se implante en la agenda anual de la familia motera para poder recordar a su compañero de la manera que mejor le hubiera gustado.

Sin duda alguna, la de ayer fue una salida marcada por la tristeza por una pérdida inexplicable. Fueron rugidos de luto.

Seguridad
El fatídico accidente no se vincula a ningún fallo en la seguridad de las carreteras, sino a una fatal caída. Es más, el colectivo motero de la Isla asegura que las carreteras menorquinas están, en líneas generales, en buen estado, aunque apuntan a algunos aspectos que podrían mejorarse. Entre ellos, indican que las señales de tráfico de las rotondas están «demasiado bajas» mientras que las vallas quitamiedos siguen suponiendo un grave peligro.