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No le consta ni a la Policía Nacional ni a la Policía Local de Ciutadella que se haya producido un aumento de consumidores de droga en la ciudad en los últimos meses, fundamentalmente de heroína, más allá de los repuntes cíclicos que aparecen cada cierto tiempo.

Sin embargo, las fuerzas policiales sí admiten que resulta sintomático el hecho de que haya habido tres fallecidos relacionados con la toxifrenia en algo menos de los tres últimos meses en la misma ciudad. Este hecho podría suponer que este repunte sea mucho más acusado, una casualidad fatídica o bien, que la droga que ha entrado últimamente esté aún más adulterada de lo habitual. «Toda la que llega está cortada, tiene una pureza de un 30 por ciento, y aún la cortan más, pero tan peligroso es que esté más adulterada como que tenga una gran pureza porque quien la consume se inyecta lo mismo que si estuviera cortada lo que puede provocar una reacción fatal en su organismo», explica un extoxicómano de Ciutadella.

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Antonio Prado, jefe de la Nacional, Ignasi Camps, de la Local, y Javier López Cerón, director insular de la Administración del Estado, abordaron ayer la situación tras el reciente fallecimiento de un joven en una casa de «okupas» de la calle Santa Bárbara, hallado el pasado sábado, sin poder determinar aún que exista relación entre las tres muertes. López Cerón señala que no existen datos concretos de que se haya producido un incremento del consumo o del número de toxicómanos en la ciudad, aunque los tres óbitos en tan poco tiempo suponen una lógica preocupación. Es la misma que muestra el equipo de gobierno municipal. «No es normal», apunta Oriol Baradad, concejal de Policía. El Ayuntamiento aprovechará la reunión de la junta de seguridad el día 28 de este mes para plantear al director insular de la AGE la conveniencia de realizar algún tipo de actuación. «Compete a la Policía Nacional pero la Local colaborará en lo que haga falta si hay que tomar alguna medida».

Las tres autopsias a los tres hombres fallecidos en las casas de Dalt Sa Quintana, la finca de Son Domingo y la calle Santa Bárbara, de 40, 22 y unos 30 años, respectivamente, todavía no conocen el resultado de las muestras enviadas a analizar por los dos médicos forenses de la Isla. Los tres fallecidos, en todo caso, eran consumidores habituales. La Policía investigará la posible relación entre estas tres muertes una vez disponga del resultado de los análisis.