Antonio Álvarez, a la izquierda, con gorra y chaleco, informa a un Guardia Civil del hallazgo | Javier Coll

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Antonio Álvarez Martínez es desde el miércoles el héroe de la familia Vidal Pons. Él, en solitario, encontró a Dolores, la mujer de Alaior que había desaparecido de su domicilio el domingo por la noche. Su empeño en dar con ella, y la creencia que había encontrado un rollo de plástico que podía servirle para su terraza, acabó proporcionando un final feliz al suceso que mantenía en vilo a la población.

Antonio, trabajador de Editorial Menorca en el turno de noche, había participado en las labores de búsqueda el lunes y el martes por la tarde. «Me sorprendió que me dijeran que habían cancelado el dispositivo y, como hicieron otros familiares, yo decidí que iba a recorrer las dos cunetas de la carretera hasta los depósitos de agua». Explica que «en la curva salté la valla y en seguida vi lo que me pareció un rollo de plástico negro, creí que me podía servir y fui a cogerlo mientras seguía gritando el nombre de Dolores». Cuando se aproximó, exclamó: «¡Ostras!, porque lo que vi fue una pierna, con un zapato y el tobillo descubierto».

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