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Agredió violentamente a su expareja a la que persiguió por los alrededores de una discoteca en Es Pla de Ciutadella, consiguió robarle el móvil y posteriormente la intimidó a ella y a sus padres mostrándole un revólver que aunque era una imitación. Se trataba de una réplica perfecta, como comentaron varios policías tras su detención.

El joven, de nacionalidad dominicana, de 23 años de edad, se enfrenta a una condena de seis años y tres meses de prisión en el juicio que se celebra este lunes en las dependencias del juzgado social de Ciutadella por los hechos de los que se le acusa cometidos en la madrugada del 5 de julio de 2015.

Ese es el castigo que solicita el fiscal por la suma de los delitos de robo con violencia en concurso ideal con maltrato, amenazas y tenencia ilícita de armas. Por el primero de ellos pide cuatro años de cárcel y la prohibición de aproximarse y comunicarse con la joven, de 26 años, a menos de 100 metros durante cinco años. Por el de amenazas solicita nueve meses de prisión y no poder acercase a ella ni a sus padres durante un año y nueve meses a menos de 100 metros.

En cuanto al delito de tenencia ilícita de armas, ya que carecía de licencia o permiso para poseer el revólver de imitación con el que actuó, el fiscal pide que cumpla otro año y medio de prisión más. Si es declarado culpable deberá abonar 305 euros a su expareja por los desperfectos en su teléfono móvil y por el extravío de su reloj en el transcurso de la agresión que sufrió.

El acusado aquella noche persiguió a su exnovia cuando esta se dirigía a su casa poco después de las 4 de la madrugada. Según la acusación, la agredió tirándole el bolso. Luego la agarró por el pelo y le dio patadas en las piernas hasta que le cogió el móvil.

Una hora después la joven, acompañada por sus padres, acudió a casa del presunto agresor para recuperar su teléfono. El acusado amenazó de muerte a los tres si no se marchaban al tiempo que sostenía en sus manos el revólver de imitación Smith& Wesson, calibre 45, que indujo a error a la chica y sus progenitores. Estos optaron por abandonar el lugar temerosos de la reacción que pudiera tener el hombre.

El abogado de la víctima solicita una pena inferior a la que pide el fiscal, dos años de prisión y 300 euros por lesiones.