Uno de los múltiples accidentes con vuelco ocurridos este verano. En en esta ocasión corresponde a una mujer que perdió el control de su vehículo en una de las vías más conflictivas de la Isla, la de Ciutadella a Cala en Bosc el 9 de agosto. Dio positivo en el control de alcoholemia | G.C.

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Las carreteras de la Isla han experimentado un descenso del 23 por ciento en los accidentes de tráfico a lo largo de los tres meses principales del verano, junio, julio y agosto, en comparación con el número del año pasado en este mismo trimestre, el de mayor presión rodada en Menorca. Si entonces fueron 130 los contabilizados, en 2018 la cifra se ha reducido a los 100.

El descenso resulta significativo puesto que muestra una clara tendencia a la baja manifestada en los tres meses de esta comparativa, y considerando que la presión del tráfico rodado ha sido prácticamente la misma que antaño. En julio, por ejemplo, 16.976 coches circulaban al día por la carretera general, es decir, 193 más que el año pasado.

El mes vacacional por excelencia, agosto, ha sido el que ha experimentado una variación mayor puesto que ha pasado de los 49 accidentes de 2018, la cifra más elevada del último lustro, a los 37 del ejercicio actual. Entre estos, diez ocurrieron en solo tres días, del 8 al 11 de agosto, y cuatro en un solo día, el 14.

De los 37 accidentes de agosto, doce han ocurrido en la carretera general, uno más de los que se produjeron en la principal arteria de la Isla el año pasado. En el total de los tres meses, 32 de los 100 han tenido lugar en la ‘general’ frente a los 36 del año pasado.

Más controles de la Guardia Civil

El descenso del 23 por ciento obedece a varias razones, incluida el azar y la prudencia dada la saturación de vehículos, especialmente, en la carretera general que obliga, en muchas ocasiones, a circular a velocidades inferiores a las recomendadas.

En el verano de 2018 han llegado menos turistas británicos que suelen tener más dificultades para la conducción, dada la diferencia respecto a su país. Además ha habido menos tráfico nocturno.

Otra de las causas, quizás la más determinante, ha sido el esfuerzo del equipo de Tráfico de la Guardia Civil que ha incrementado el número de controles de drogas y alcoholemia y prolongado su horario. Viernes y sábado noche, además de un control dominical por la tarde, han apartado de la carretera a conductores que no estaban en condiciones de seguir al volante, al tiempo que han ejercido un efecto disuasorio para otros. Solo en julio los agentes denunciaron a 71 personas por positivo en alcoholemia y a nueve por consumo de drogas, casi el triple de los detectados en 2017.