El agresor fue detenido posteriormente en el Andén de Poniente del puerto de Maó. | Archivo

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Agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron en la madrugada del pasado sábado a un hombre de 41 años, acusado de un delito de lesiones por haber agredido al portero de un local de copas del puerto de Maó.

El hombre, nacido en Marruecos, agarró un servilletero del local cuando el portero, que también es el vigilante de seguridad de la discoteca, procedía a expulsarlo de la sala al haber iniciado una pelea con otro cliente en la terraza del local. Fue entonces cuando el individuo dirigió el servilletero al rostro del empleado provocándole un corte en el pómulo izquierdo del que emanó abundante sangre y le afectó también a la nariz. El vigilante tuvo que ser evacuado en ambulancia al Hospital Mateu Orfila donde le aplicaron siete puntos de sutura en la herida.

El responsable del bar de copas, Ama-gi, dio aviso de inmediato a la Policía Nacional, que acudió poco después aunque para entonces el agresor ya había abandonado el lugar en su vehículo. Al parecer más tarde, el hombre regresó a las inmediaciones del local donde había tenido lugar el suceso y acabó siendo detenido por los agentes de la Policía Nacional cuando el vigilante agredido ya había sido trasladado al Hospital.

Las versiones respecto a la pelea son contradictorias. Mientras el detenido alega que el hombre con el que se peleó le había engañado, otras señalan que la reyerta se inició por no respetar el turno para jugar en un futbolín situado en la terraza del local y porque uno había golpeado al otro en el trasero,

El otro hombre participante en la pelea se quejó de heridas en el brazo, mientras que el detenido también presentó magulladuras en el brazo y en la cara. Este tiene intención de presentar denuncia cuando sepa quién le pegó, informó ayer su abogada. El detenido pasó a disposición judicial el mismo sábado y quedó en libertad provisional hasta que se completen las diligencias y se señale el juicio.

La Policía Nacional ya dispone de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad del local que han sido puestas a su disposición por el responsable del mismo.

Se da la circunstancia de que el detenido y el vigilante de seguridad son compañeros de trabajo en otra ocupación durante el día.