La joya se descubre en un retrato antiguo de la familia, donde se observan las características de una pieza que tiene un valor histórico

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La reina Isabel II visitó Menorca del 17 al 20 de septiembre de 1860. Se hospedó dos días en una casa señorial de los herederos de José Sancho, que popularmente se conocía como «casa Olivar» en la calle Sant Cristòfol, que desde esa fecha se llamó Isabel II. Como muestra de agradecimiento la Reina obsequió a la familia con un broche de oro y brillantes, que se engarzaba en una pulsera, en cuyo fondo se podían leer los detalles de esa donación.

La propietaria actual de la joya la extravió el sábado 16 de noviembre cuando acudía a una celebración familiar. Pudo perderla en el trayecto que realizó desde la plaza de Santa Maria hasta la plaza de Sant Roc. Poco después se dio cuenta de que lo había extraviado y lo estuvo buscando infructuosamente. Conserva los aros de la pulsera en los que estaba engarzado el broche desaparecido.

La pérdida de esta pieza ha sido comunicada a la Comisaría de la Policía Nacional de Maó. La propietaria espera que pueda recuperarla porque tiene un valor sentimental para la familia, ya que es una joya que se ha traspasado durante varias generaciones. Por otra parte, tiene también un valor histórico.

La familia, que está dispuesta a gratificar por la devolución, confía en que quien la haya encontrado esté dispuesto a devolverla a su dueña. También pide que cualquier persona que tenga información lo comunique a la Policía Nacional.