La doctora Azucena Carrasco relata los hechos.

TW
29

Cinco médicos -dos de familia, dos anestesistas y un radiólogo- salvaron la vida de un tripulante del buque de Trasmediterránea, Ciudad de Granada, que cubría la ruta entre Menorca y Barcelona, el pasado domingo.

Los galenos paliaron el fallo en el protocolo de seguridad médica del barco por ausencia del material de auxilios, después de que el marinero, de unos 55 años de edad, hubiera sufrido una parada cardiorrespiratoria sobre las 6.30 de la mañana, cuando el buque estaba a una media hora de la llegada al puerto de la ciudad condal.

El buque de Transmediterránea Ciudad de Granada en el puerto de Maó
El buque de Transmediterránea Ciudad de Granada en el puerto de Maó.

La tripulación pidió por megafonía la presencia de un médico en la recepción del barco para atender una urgencia. Una de las doctoras de familia, Azucena Carrasco, se personó de inmediato, y tras ella lo hicieron los otros cuatro doctores. El marinero estaba tumbado en el suelo, junto a una sala de máquinas, y los médicos dieron aviso al Servicio de Emergencias Médicas de Barcelona para que hicieran llegar una ambulancia medicalizada al puerto.

La anomalía llegó cuando los médicos que comenzaron a realizar la reanimacion cardiaca solicitaron a los compañeros del tripulante desfallecido, que trajeran el aparato desfibrilador y el material médico del que dispusieran. “Después de buscarlo solo acertaron a traer la caja del aparato que estaba vacía, yo creo que sí disponían del material pero no sabían dónde buscarlo”, explica la doctora Carrasco. Uno de los médicos se ofreció a acompañar a otro marinero para buscar el desfibrilador “y lo encontró pero estaba sin batería e inservible, lo único que encontró fue un utensilio para ventilar”.

La tensión del momento llevó a la doctora a exigir la presencia de un oficial responsable, “pero nos dijeron que el oficial estaba realizando la maniobra de entrada al puerto, y el capitán tampoco apareció”. No quedó más remedio, añade, que “irnos turnando para mantener la reanimación hasta que atracamos y subió el equipo de la SEM que le aplicó su desfibrilador y lo trasladó a un centro hospitalario.

La doctora Carrasco se pregunta “cómo es posible que un buque con capacidad para 1.250 personas más la tripulación no tenga o no sepa dónde tiene una triste tirita". Añade que es muy triste tener los conocimientos “y las manos para poder salvar una vida, pero no tener el material para hacerlo”.

La compañía ha confirmado este miércoles a este diario que el marinero permanece hospitalizado y se encuentra estable. Trasmediterránea agradece a los médicos que atendieron en la madrugada del pasado domingo a un tripulante con una afección cardiorrespiratoria a su llegada al puerto de Barcelona, a bordo del buque “Ciudad de Granada”, así como al personal de la ambulancia medicalizada del SEM que acudió a la llamada de auxilio y le evacuaron a un centro hospitalario de la capital catalana.

Trasmediterránea ha abierto una investigación interna con la finalidad de garantizar el cumplimiento de los procedimientos establecidos. La compañía recuerda que el personal competente a bordo está capacitado y su formación certificada para intervenir ante una emergencia de este tipo.