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El propietario de diez perros de caza en una finca de Sant Climent, ha denunciado ante el juzgado a la Protectora de Animales de Maó por allanamiento de morada, amenazas y coacciones, presuntamente cometidas por dos integrantes de este colectivo el pasado 5 de diciembre. Ambas se personaron en la finca para comprobar el estado de los animales, y posteriormente la Protectora también ha denunciado ante el Ayuntamiento las malas condiciones de salubridad en las que, según su apreciación, se encuentran los perros. Además ha reclamado a la Administración que actue con rapidez, decomise a los perros y que sean traslados al centro de acogida de Maó.

El propietario de los animales sospecha que la Protectora ha obrado de esta forma al tener conocimiento de que había sido denunciada por él. Reafirma su postura indicando que el Seprona de la Guardia Civil no ha apreciado ningún maltrato ni delito, en todo caso, una infracción administrativa porque alguna de las cadenas de los perros era corta.

Sostiene el dueño de los canes que las dos representantes de la Protectora fueron informadas por su esposa de que habían entrado en una propiedad privada y les invitó a que salieran. Ya con el dueño en la casa, les reiteró la ilegalidad que estaban cometiendo, aunque argumentaron que habían entrado porque la cancela estaba abierta. Tardaron más de una hora en marcharse, asegura. Entiende que ya habían alterado su intimidad cuatro días antes al merodear por el jardín de la vivienda, y que no respetaron las medidas de distanciamiento. «Su actitud fue siempre la de coaccionar o amenazar si no atendíamos a sus recomendaciones», concluye.