Uno de los emúes hallados en el hueco de la piscina inacabada todavía permanece en el chalé.

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Una mujer que poseía al menos 120 animales de diferentes especies en el chalé en el que vivía con su pareja, en Cala en Porter, fue desahuciada el pasado viernes en cumplimiento de una sentencia judicial. El levantamiento se produjo después del proceso iniciado a raíz del impago de la renta mensual desde hace aproximadamente 20 meses.

Efectivos de la Guardia Civil del Seprona y policías locales de Alaior ejecutaron el desahucio acompañados por la comitiva judicial del Juzgado de Instrucción número 1 de Maó que ha instruido la causa.

La orden de desahucio se había aplazado al menos en otras dos ocasiones por la situación en que se encontraba el inmueble convertido en una especie de pequeño zoológico por la reunión de tantas especies de animales, algunos de ellos exóticos, en el interior y exterior del chalé sobre una parcela de unos 400 metros cuadrados. Fue necesaria la presencia del veterinario del Consell, técnicos del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre y laceros municipales para poder retirar a los animales que la mujer mantenía en diferentes estancias, incluidos gallineros y palomar, en la mayoría de casos en condiciones precarias con escasa limpieza, según las fuentes consultadas.

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La Guardia Civil ha informado que fueron intervenidos ocho perros, 25 tortugas, 12 pájaros, entre ellos tres agapornis, 70 gallinas y varios patos y palomas. Los pájaros y las tortugas fueron trasladados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, en Ciutadella.

Entre los animales hallados destacó la presencia de tres emúes que la inquilina tenía en el hueco de una piscina inacabada. Estos tres animales, dado su peso y especiales características no pudieron ser retirados y se quedaron en el mismo lugar hasta que se les encuentre otra ubicación ya que el Centro de Recuperación no está preparado para acogerlos. Mientras tanto el juez, Sirus Mashouf Mohsenin, que organizó con eficiencia todo el complejo dispositivo para llevar a cabo el desahucio, dejó dispuesto que recibieran agua y comida a diario. Es posible que sean dados en adopción a una finca donde, al parecer, hay otros animales de esa misma especie. Uno de los emús se hallaba incubando el día en que se produjo el desalojo.

La mujer llevaba residiendo en ese mismo chalé, al parecer, desde hace más de 25 años por lo que se trataba de una renta antigua baja. Al dejar de abonar el alquiler el propietario del inmueble que había heredado de un familiar, interpuso la demanda que ha concluido en el desahucio tras el largo proceso. La mujer podrá regresar en los próximos días al chalé para acabar de recoger muebles y pertenencias.