La zona del accidente, en la calle S’Arravaleta, este martes por la tarde | Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Maó ha instalado jardineras de grandes dimensiones tanto en la Plaça Reial como en la calle S’Arravaleta para que frenen el avance de cualquier vehículo en el caso de que se produzca un accidente como el ocurrido el lunes en el centro peatonal. Las jardineras voluminosas, al igual que los bolardos de hierro, son elementos disuasorios para evitar atropellos masivos que se comenzaron a instalar en muchas ciudades españolas y europeas a raíz del atentado terrorista en Las Ramblas de Barcelona en agosto de 2017. Algunos ciudadanos, en los instantes de confusión que se vivieron el pasado lunes en las calles comerciales de Maó, pensaron precisamente que el camión podía haber embestido a personas de manera premeditada, que era un ataque, aunque rápidamente se comprobó que había sido un desafortunado accidente.

El alcalde Héctor Pons, muy afectado por lo sucedido, acudió de inmediato al lugar del atropello, avisado por la Policía Local. Este martes afirmó que la instalación de estas jardineras es «una acción inmediata para que la gente no tenga miedo» y que si se toman otro tipo de medidas, respecto a las zonas de carga y descarga de la ciudad, estas vendrán después, una vez se complete la investigación y el expediente abierto. Entonces, añade el alcalde, «tendrá que haber un informe y una evaluación» de lo sucedido.

Lo cierto es que Maó es una ciudad con pendientes, y sin ir más lejos, hay otra zona de estacionamiento para descargar y dar servicio a los bares y comercios del centro en la Plaça del Carme, con la cuesta que baja al Mercat del Peix por delante. La reorganización de estos puntos en la ciudad es algo complejo pero Pons afirma que «se valorará que se tiene que hacer» cuando se disponga de más información.

El camión que embistió a los transeúntes pasó este martes un peritaje. La Policía Local solicitó que se le realizara una ITV extraordinaria para analizar la mecánica del vehículo y específicamente el freno de mano, para conocer qué pudo fallar y por qué se desactivó. La revisión se realizó en la estación de ITV de Maó.

Por parte de la empresa de hielo propietaria del camión, no realizaron declaraciones. Lo único que ha trascendido es que el chófer es un profesional experimentado, que está afectado por lo sucedido y que el camión quedó estacionado, en marcha y con las llaves, porque es el modo habitual de trabajar con estos vehículos que necesitan refrigeración especial para mantener la mercancía en buenas condiciones.