Los dos acusados aceptaron la condena en el juicio de este martes | M.J.U.

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La mujer que cuidaba a una anciana de Maó y su compañero de piso fueron condenados este martes a un año y un día de prisión como autores de un delito de hurto continuado cometido entre marzo y julio de 2021. No entrarán en la cárcel pero deberán pagar 150 euros cada uno al mes, para devolver el importe que obtuvieron por la venta de las joyas que robaron a la mujer.

Ella le fue hurtando alhajas valoradas en 30.000 euros, según la nota difundida en su día por la Policía Nacional tras su detención, y su compañero de piso las vendía en una tienda de compra-venta de oro, en la misma ciudad. Por estos hurtos obtuvieron 10.170 euros que ahora deberán retornar.

Los dos responsables del delito, ella boliviana de 42 años, y él ecuatoriano, de 54, aceptaron este martes el acuerdo de conformidad al que llegaron sus respectivas abogadas, Carmen Pecharromán e Izaskun Salvador, y el fiscal, Jordi Doménech, por el que evitaron el ingreso en prisión. En principio el fiscal solicitaba dos años y medio de cárcel, aunque en el caso del hombre lo sustituía por su expulsión del país al que no hubiera podido retornar en un plazo de 8 años.

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La ejecución de la sentencia queda supeditada a que no vuelvan a delinquir en el plazo de tres años, y además elimina la expulsión del país a uno de los condenados. El fiscal consideró el atenuante de reparación de daño puesto que entre ambos ya habían consignado 1.550 euros, que ahora se descontarán de la cantidad total a devolver.

El magistrado-juez, Antonio Fernández-Montells Fernández, aceptó el retorno del dinero de forma fraccionada, a razón de 150 euros mensuales cada uno, por lo que estarán pagando la deuda durante unos tres años.

La sentencia no satisfizo a la familia de la anciana a la que hurtaron sus joyas, ya que además de la mínima condena, la cantidad que devolverán a plazos está muy por debajo de su valor real.

La mujer que cuidaba a la anciana esgrimió en su día que en esa época apenas tenía ingresos para mantener a su familia, y mostró su arrepentimiento.