Dos agentes de la Guardia Civil cargan en el furgón dos de los seis fardos hallados en Son Bou. | M.J.U.

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La marea ha traído a Menorca más de 2.000 kilogramos de hachís, distribuidos en los 59 fardos de entre 35 y 40 kilos que aparecieron, entre la noche del viernes y la mañana del sábado, en la costa sur de Menorca. Guardia Civil y Policía Nacional, al frente de la investigación, no descartan que surjan más paquetes en el litoral sur insular durante los próximos días.

Los 59 fardos de la droga llegados a la costa sur menorquina podrían alcanzar un precio de alrededor de 3 millones de euros si hubieran sido puestos en circulación en el mercado negro, considerando que el precio ronda los 1.700 euros por kilo.

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Aviso ciudadano

Fue el viernes por la noche cuando un ciudadano dio el aviso, por el avistamiento de varios paquetes distribuidos en las inmediaciones de la orilla, por los acantilados de Son Saura. Desplazados efectivos de los dos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, comprobaron el hallazgo de hasta 53 fardos y lo sometieron a vigilancia hasta que, por la madrugada, comenzaron las labores para alojarlos en tierra y trasladarlos a las dependencias de la Comisaría de Ciutadella.

Fue ayer por la mañana, también, cuando otro vecino que paseaba por la playa de Son Bou, en Alaior, advirtió varios paquetes sospechosos en la parte derecha del arenal, depositados en la orilla. En una extensión de unos 15 metros, fueron localizados otros 6 paquetes más del mismo peso que los de Ciutadella. Cada uno de ellos porta unas iniciales diferentes, lo que se entiende como un código para los traficantes. Los voluminosos paquetes están envueltos en plástico de color marrón y azul.

Efectivos del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil y el helicóptero Cuco, de la Benemérita, se desplazaron al amanecer desde su base en Palma, para peinar la costa sur y retirar el pesado cargamento. En Son Bou, por ejemplo, el helicóptero cargó uno a uno los seis fardos de hachís y los trasladó desde la arena hasta el aparcamiento, donde varios agentes de seguridad ciudadana y de la Policía Judicial de la Benemérita los recogieron e introdujeron en una furgoneta, para trasladarlos al cuartel. Esta operación despertó el asombro de muchas personas que habían ido a la playa a pasear y se encontraron con los fardos y la maniobra para su custodia y traslado.