El cuerpo se desplomó en la calle Bisbe Sever. | Gemma Andreu

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El juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Maó tomó declaración este miércoles a los testigos citados en relación con el presunto homicidio en que derivó la agresión de un hombre de 39 años a otro de 49 en la calle Bisbe Sever, durante la pasada Nochebuena.

El testimonio principal responde al de una persona que presenció la agresión desde la terraza de su casa y dio aviso a la Policía Local. Como ya informó este diario, el testigo observó los puñetazos y la caída a plomo del hombre que acabaría falleciendo una semana después, y las patadas que le propinó en la cabeza cuando ya estaba en el suelo.

La otra declaración referencial fue la del hombre que acompañaba al agresor y a la víctima, y que habría llegado a pedirle al primero que parara de golpearle, puesto que aquel no respondía a los impactos. Este, sin embargo, dijo al inicio de las diligencias que no le había pateado la cabeza, sino que le había agredido en el estómago u otras partes del cuerpo.

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El vigilante de seguridad de la Estación de Autobuses por la que pasaron minutos antes los tres individuos fue otro de los citados a declarar.

Acusación particular

A la causa que se tramita en el Juzgado 1 se ha sumado finalmente la acusación particular a cargo de una familiar de la persona fallecida.

Los hechos que, en principio, se le imputan al acusado, en prisión desde dos días después de la agresión, son el de homicidio consumado y también el de omisión de socorro. Tanto él como su amigo, según declaraciones de testigos, lo dejaron solo en el suelo ya inconsciente y se marcharon en dirección a la calle Sant Esteve. Minutos después llegaron agentes de la Policía Nacional, la Local y los servicios sanitarios.

El apunte

La defesa pide un informe para determinar el número de golpes

El abogado del acusado ha pedido un informe forense por si es posible determinar el número de golpes que recibió la víctima y si estos fueron determinantes para su muerte o pudo haber otras circunstancias que provocaron la hemorragia cerebral irrecuperable revelada en la autopsia. La defensa sostendrá que no hubo intencionalidad de matar, con lo que la acusación podría ser de homicidio por imprudencia grave y no por homicidio doloso.